EL BIERZO VISTO DESDE CASTILLA Y LEON.
Por Xabier Lago Mestre.
Resulta interesante comprobar cómo nos ven gentes diversas de Castilla y León. Esto nos sirve también para conocernos mejor, pues ellos aportan otras visiones, aunque hay que saber que en ocasiones son opiniones muy interesadas a nivel político o cultural. En la mayoría de los casos nos analizan con cierto sentido de superioridad, lo que les impide valorar nuestra especificidad con objetividad.
Ante los intentos de alcanzar la enseñanza voluntaria de la lengua gallega en El Bierzo, algunos prestigiosos leoneses reaccionaron en contra de la concesión de esta libertad educativa. El periodista Magín Revillo, corresponsal de RNE, y promotor de un manifiesto leonesista, declaró que una de las causas de este documento fue el “descontento por la implantación del gallego en el Bierzo” (El Mundo de CyL, 1994). En apoyo de esta tesis acudió el Pte. de la Casa de León en Madrid, Conde de Gaviria, porque “andan intentando separa el Bierzo” (Crónica de León, 1994).
El leonesismo político basa su ideología en el anticentralismo castellano pero también en el antigalleguismo berciano. Así, Abel Pardo, secretario de Conceyu Xoven, aprovechó el reconocimiento del gallego en el Estatuto de Castilla y León para unir ambos postulados en la crítica a nuestra lengua territorial, “nos causa pavor y vergüenza que políticos leoneses defiendan nuestra lengua y dejen que una lengua ajena, como la gallega, acabe con la propia (...)”, “ante el afán invasionista del gallego oficialista que apoya la propia Junta de Castilla y León (...)” (Diario de León, 1998 y 1999 respectivamente).
De nuevo los que forman parte de la élite intelectual leonesa reaccionó ante la concesión de la enseñanza del gallego en El Bierzo. Este fue el caso del columnista Pedro García Trapiello, que amenazaba con la desaparición de las falas, “el gallego oficial y el castrapo (ese otro gallego de plástico, de hoy y de tele) acabarán matando los hablares bercianos (...)”, cuando no insinuaba nuevas imposiciones, “obligarán a renegar de su lengua materna a los del Sil alto que apañan también términos acuñados en patxuezu? (...)” (Diario de León, 1998).
La dedicación del Día das Letras Galegas del 2002, en Vilafranca, a favor de Frei Martiño Sarmiento, fue la perfecta excusa para criticar a galleguismo berciano. El editor Ernesto Escapa, editor de Ámbito, escribió que “algún fin de semana de esta primavera la cultura oficial gallega, despreciando fronteras, recalará en territorio irredente de Villafranca del Bierzo para celebrar su fiesta de las letras (...)” (El Mundo de CyL, 2002).
Pero también en León hay personas que ofrecen una visión más objetiva del nuevo protagonismo territorial que reclama El Bierzo. Caso del periodista Emilio Gancedo comentó que “Ponferrada está experimentando un crecimiento muy importante y reclama un espacio de poder e influencia propio para sí (...) en el Bierzo se unen, chocan y mezclan dos dominios lingüísticos: el asturleonés, en su zona norte y oriental, y el gallego, en su occidental; más tarde penetrados ambos fuertemente por el castellano (...)” (Diario de León, 2004).
La propuesta del BNG para que territorios vecinos puedan incorporarse a la Comunidad Autónoma de Galicia provocó fuertes reacciones contrarias desde Castilla y León. De la prensa vallisoletana extraemos “desde hace década, la historieta del Bierzo como quinta provincia de Galicia sólo se la creían cuatro percebes gallegos y otros tantos cuentistas leoneses (de los de la rama política, se entiende) (...)” (ABC, 2005)
Algunos defensores del leonés no ven otra cosa en los defensores del gallego de el Bierzo que peligrosos enemigos. El filólogo Roberto González Quevedo, natural de Palacios del Sil, afirmó que “la mayor parte del Bierzo no es gallega, a pesar de la propaganda agresiva (por cierto ¿nadie lo ve en León?) del nacionalismo gallego que quiere destruir la identidad leonesa, rescribiendo con falsedades la historia (...)” (Diario de León, 2005).
El catedrático de Historia de la Universidad de Valladolid, Julio Baldeón, sabe de las aspiraciones autonomistas de el Bierzo, “Si en el ámbito español pasamos al de las autonomías, veremos cómo en nuestra Comunidad hay individuos que reclaman que León sea una Comunidad propia. Por su parte los habitantes de la Comarca de El Bierzo también podrían reivindicar su singularidad (..)” (el Mundo de Castilla y León, 2006).
Ponferrada, marzo de 2006.