martes, abril 05, 2011

CARACTERIZACIÓN DE LOS CONCELLOS TRADICIONALES DE EL BIERZO (2ª PARTE).

Territorio da xunta veciñal do concello de Corullón.


CARACTERIZACIÓN DE LOS CONCELLOS TRADICIONALES BERCIANOS (2ª PARTE).

por Xabier Lago Mestre, del colectivo Fala Ceibe do Bierzo.



LA CONVOCATORIA TRADICIONAL A CONCEJO.


El filólogo Fernando Bello Garnelo (2010) nos informa, para la zona de As Médulas, que se convocaba a los vecinos a son de campana tañida. “Cuando hay que tomar decisiones se tocan la noche anterior tres pousas o toques de campana (campana grande + campana pequeña + c. grande); en el día del concejo se tocan seis pousas (dos veces el mismo esquema). Cuando hay un asunto urgente se tocan seis pousas y se dice que Tocan a xuntar”.

Convocatoria a concejo mediante los sistemas de: toque de campana, con cuerno o cuerna de bóvido o golpeo de tubo metálico, en los pueblos de El Bierzo oeste, según Manuel Rodríguez y Rodríguez (1995). Tres toques de campana seguidos y prolongados significan una urgencia, como incendios. “Cuando entre un toque y otro hay un especio de unos diez minutos o un cuarto de hora se entiende que los vecinos han de acudir al lugar de costumbre dentro de una hora. Cuando el cuerno suena una sola vez de forma prolongada se entiende que la reunión ha de tener lugar al día siguiente a la hora de costumbre que suele ser, en la casi totalidad de los pueblos, al anochecer”.

LA FORZADA VENTA DE BIENES COMUNALES POR LOS CONCEJOS.


Los concejos bercianos en muchas ocasiones tuvieron que recurrir a la venta de sus comunales para conseguir dineros para satisfacer sus deudas, caso de las imposiciones fiscales. Por Carlos Fernández Rodríguez (www.af2toral.wordpress.com) sabemos que el concejo de Villadecanes tuvo que vender parte de sus tierras comunales, en el año 1813, para pagar sus impuestos. “En la villa de Villafranca del Vierzo… ante mi el escribano… parecieron Antonio Guerreiro, alcalde pedáneo, etc. Vecinos del lugar de Villadecanes (en nombre del concejo) y dijeron: que hallándose como se hayan dichos vecinos y concejo sumamente atrasados con motivo de los continuos pedidos y exacciones que se les hacen para el socorro y manutención de las tropas del sexto ejército nacional, acantonado en este punto hace muchos meses, se miran ya en el día imposibilitados de poder satisfacer los tributos reales, otras gavelas concejales, y el apronto de dos camas equipadas de lo necesario que les piden actualmente para el establecimiento de un nuevo hospital militar en la villa de Ponferrada, y… acordaron unánimemente…, se enajenase para siempre ocho cuartales de terreno de sembradura… por mil y seiscientos reales de vellón…”.

USURPACIÓN FORZADA DE COMUNALES POR LOS SEÑORES.


Traemos a colación el ejemplo del marqués de Villafranca del Bierzo que en el año 1566 tuvo un pleito, ante el Consejo Real, por abuso de poder, concretado en la apropiación indebida de los bienes comunales. El historiador Alfonso Franco Silva nos relata que el marqués fue acusado de cometer varios y continuados injusticias. Así mandó cerrar varios caminos públicos de la villa y metió en ellos sus heredades. Hizo consumir dos fuentes públicas, llevando su agua por debajo de tierra a su fortaleza y a una huerta. También “elegía como regidores de la villa a sus criados por el tiempo que quería”, “que había tomado las casas del ayuntamiento y las había dado para habitación del alcalde mayor y sus criados”, etc. Eso sí, la historia popular tiende a sobrevalorar a estos señores de la villa, a pesar de sus múltiples desmanes.

LA DESAMORTIZACIÓN DE LOS COMUNALES.


La burguesía del siglo XIX aprovechó bien en su beneficio los efectos de las sucesivas desamortizaciones, mediante la compra en pública subasta de los llamados bienes nacionales. Este fue el caso de las compras realizadas por el político ponferradino, Pascual Fernández Baeza, que adquirió el molino harinero del convento de San Agustín, huerta de los Aguilares y la cortiña de detrás del convento, en 1836 (Miguel J. García, 2008).

Otro político local, Nemesio Fernández, se apropió del encinar comunal de Ponferrada, llamado de La Borreca, mediante corta y posterior venta, por lo que fue denunciado por el propio Ayuntamiento en estos términos, “por haberle denunciado la tala del encinar de La Borreca contiguo a esta villa y el más precioso monumento demostrativo de su antigüedad, sobre lo que tiene pleito pendiente” (1816) (J.A. Balboa de Paz, 2008).

Otra familia burguesa ponferradina, Los Valdés, consiguen terrenos en fincas Matapozuelos y Los Pedracales, que habían pertenecido a los propios de la villa, y que luego venden y reciben indemnizaciones por la carretera a Ourense e Asturias y A Coruña, “ocasionando graves perjuicios a los ganaderos propietarios de la villa” 1869). Otros vecinos de Campo presentan denuncia contra Antonio Valdés, porque “no sólo tomó terrenos del común para variar en parte la dirección de la antigua presa que fertiliza la finca denominada San Blas, sino que después de levantar una pared que inutiliza los lavaderos y abrevaderos, cerró la presa plantando zarzas y chopos en terreno que tampoco le corresponden, con notable perjuicio del camino público que linda con aquella” (1873). Otro Daniel Valdés tuvo problemas con el consistorio ponferradino al adquirir el antiguo edificio de Rentas del Partido, en la plaza del ayuntamiento, desamortizado por Madoz, pues se pretendía utilizarlo para Correos (1902). Daniel alquiló el edificio para el servicio de Correos al regimiento berciano, pero tras nuevas disputas, abusó de su situación de poder, pretendiendo elevar el precio del alquiler del inmueble (J. M. García González, 1997).

La desamortización del monasterio de Carracedo provocó conflictividad por los derechos históricos de pasto en la devesa del cenobio, entre los pueblos de Carracedo, Naraiola, San Martín, Sorribas y Cacabelos. Los vecinos de Carracedo se hicieron en la subasta pública con parte de ella, y esto provocó la protesta de los vecinos de Cacabelos, “protestamos contra la subasta, por no reservarse en ella los derechos de pastos que los indicados pueblos tienen sobre la dehesa de Carracedo, cuya servidumbre de pastos se tiene acreditada (…)” (1873) (J.M. García González, 1990). O Bierzo, abril de 2011.