PONFERRADA Y VILAFRANCA DISPUTAN POR LA CAPITALIDAD PROVINCIAL
PONFERRADA Y VILLAFRANCA DISPUTAN POR LA CAPITALIDAD PROVINCIAL,
por Xabier Lago Mestre, colectivo Fala Ceibe do Bierzo,
Pero también las dos villas del Burbia y del Sil llevaron sus estrategias políticas por la capitalidad provincial ante las Cortes a principios del siglo XIX. Ambas poblaciones buscaron apoyo en los parlamentarios. El gallego Estanislao Peñafiel apostó por Ponferrada, por ser más accesible a Valdeorras y O Bolo, según declaró; mientras que el Sr. Subercase alegó “mucho mayores sin comparación los vínculos de amistad, parentesco e intereses que unen a los de Valdeorras con Villafranca que con Ponferrada (DSC, 15 de octubre de 1821). Villafranca contaba con el apoyo de los diputados Goyanes Balboa y Diego Muñoz Torrero, con que desempeñaron oficios religiosos en la colegiata (M.J. García González en Historia de la Diputación de León, 1995). Ponferrada recurrió a la ayuda del diputado Felipe Sierra Pambley, y nombró una comisión, formada por su alcalde Antonio Marcías Florez y el abogado José Fernández Carús “para que, ante la corte practiquen cuantas diligencias sean para demostrar a las Cortes el agrabio que se hace a esta villa en pribarla de Cabeza de Provincia y señalar a la de Villafranca por no estar en el punto céntrico y concurrir de la ventaja que tiene esta dicha villa” (Actas municipales, 4 de septiembre de 1821).
Como reacción a la estrategia política ponferradina, Villafranca del Bierzo elaboró un Memorandum (con data de 27 de septiembre de 1821) en defensa de su derecho a ostentar la capitalidad de la provincia. En este documento alegaba “el estraño con que algunos vecinos de Ponferrada procuran seducir a los incautos individuos de otros Ayuntamientos, para que sin datos ni conocimiento de lo que solicitan, pidan que sea aquella y no Villafranca, como la Comisión propone, la capital de la nueva provincia, que la misma quisiera se crease en el Bierzo (…)”. Se denuncian las malas artes de Ponferrada, “llegando hasta el estremo de usurpar los respetables nombres de los Ayuntamientos constitucionales para hacer gestiones en que no han pensado, y de que nunca se ha tratado en ellos, ni citado siquiera a sus vocales, que fueron sorprendiendo aisladamente, como aparece de dichos documentos (…)”. Insistiendo en que se manipuló la opinión de los municipios, mediante la recogida de firmas, “los mismos individuos de Ayuntamientos, que por una excesiva condescendencia firmaron para que Ponferrada fuese capital de la nueva provincia, confiesan francamente que lo hicieron por haber visto otras firmas que están acostumbrados a respetar, y con no menos candor aseguran que no saben si los pueblos tienen ó no interés en ello (…)”. Villafranca sigue criticando la recogida de firmas por Ponferrada, “en vano será aumentar en contrario nombres y firmas de incautos labradores, incapaces por la falta general de educación pública de calcular sobre un negocio tan importante (…)”, en base al analfabetismo e incultura política de sus autores.
Finalmente, Villafranca desarma el resto de la argumentación de Ponferrada, en su Memorandum, “no estaría sin duda a favor de Ponferrada, la que si ostenta las oficinas de hacienda pública y otras prerrogativas efímeras que tuvo en su seno, las debió a su mayor proximidad a León, y a ser la única villa de realengo, perteneciendo las demás del Bierzo a los grandes señores (…)”. Villafranca se reafirma en sus razones, “a la centralidad, mayor población y copia de edificios reúne Villafranca otra ventaja sobre Ponferrada, quizá preferible a todas ellas, que es la facilidad de comunicaciones; pues que situado sobre la escelente carretera que va de la Coruña a Castilla, las tiene espeditas con todo el reino, cuando Ponferrada rodeada de pésimos caminos de herradura, ni aun correos recibe, ni puede recibir directamente (…)”. Finalmente, como todos bien sabemos Villafranca del Bierzo fue declarada capital de la provincia liberal por las Cortes.
O Bierzo, decembro de 2009.
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