CONTEXTO COMUNERO EN LA REGIÓN DE EL BIERZO.
CONTEXTO COMUNERO EN EL BIERZO,
Por Javier Lago Mestre,
Autor libro El Bierzo povincial.
El tema de las Comunidades de
Castilla provoca varias polémicas historiográficas y políticas con la llegada
de cada nuevo 23 de abril. Conviene recordar, por lo que se refiere a la ciudad
leonesa, que destacaron dos bandos capitalinos, los comuneros con los Guzmanes
y el cabildo catedralicio, y los realistas con los condes de Luna. Mientras Astorga
fue un núcleo anticomunero controlado por sus marqueses. Y el obispo astorgano,
Alonso Osorio, intentó un reclutamiento de soldados en Galicia y El Bierzo para
luchar contra los comuneros (abril 1521). También sabemos de la participación
de vecinos de la comarca de La Somoza maragata en el levantamiento comunero (doc.
de 1523).
En
este escrito pretendemos incidir en el contexto comunero de El Bierzo. Este
territorio constituía una provincia, por expresa concesión de los Reyes
Católicos en 1486. Para su control real se nombraban sucesivos corregidores por
la Corona, encargados de aplicar las políticas fiscales, judiciales, militares,
etc. Los comuneros de Castilla denunciaron a los corregidores. Pues bien, la
villa de Ponferrada protestó contra los abusos de sus corregidores. En 1520 se
denuncio la falta de juicio de residencia de su corregidor, y en 1522 se rebeló
contra la falta de justicia y los cobros judiciales indebidos por parte de
dicho oficial real.
La
Corona de Carlos I se apoyó en la alta nobleza para imponerse frente a los
comuneros, como quedó constatado en la participación señorial en la batalla de
Villalar. El marqués de Villafranca acompañó al propio emperador en su viaje europeo
de coronación imperial. El marqués practicó una política territorial expansiva
en El Bierzo. Así intentó tener sus propios regidores en la villa de Ponferrada
(1520), para ejercer su control señorial sobre ella. Sin embargo, esta villa
protestó, alegando sus privilegios locales, y finalmente la Corona dio la razón
a los ponferradinos (1522). Sin embargo, posteriormente, los marqueses
conseguirían la alcaidía del castillo, la gestión de las alcabalas reales, la ampliación
del castillo de Villafranca y numerosas compras territoriales. Es decir, los
marqueses supieron aprovecharse de su posición en la Corte real.
El
Bierzo tuvo una importante vinculación con Galicia a través del condado de
Lemos hasta la derrota militar de 1486. La alta nobleza gallega sintió la
presión comunera de Castilla, de ahí la convocatoria de la asamblea señorial de
Melide (diciembre de 1520). En esta reunión se hicieron varias demandas a la
Corona. Entre ellas la poner gente armada en el castillo de Ponferrada por ser
puerta de Galicia. El rey Carlos I acepta establecer esos soldados (marzo de
1521), pero la villa berciana protestó porque supondría nuevos gastos militares.
La propaganda comunera llegó también a Galicia. La ciudad de Ourense reconoció
ante el propio conde de Lemos la propuesta de colaboración que recibió de los
comuneros (septiembre de 1520).
Otra
de las demandas comuneras fue la reducción de la alta fiscalidad. En la
provincia berciana hubo varias protestas contra los nuevos servicios reales de
los años 1520 y 1521. Leemos en un documento que “a cabsa de se pedir el dicho
servicio la dicha tierra anda algo escandalizada y se teme que si la cobranza
va adelante se levantará (…) que no cobre el dicho servicio porque desta manera
la dicha tierra estará pacífica y sin alteración”. La propia marquesa de
Villafranca anuncia el descontento contra el regidor recaudador de León. Y la
villa de Ponferrada alega que “a cabsa de las revueltas pasadas de los Reynos
esta villa y su jurisdicción y vecinos della han quedado muy gastados, por
estar como debían y siempre estuvieron con toda la Comarca y provincia en la
pacificación y leal obediencia e servicio que
a su majestad debemos” (julio de 1521).
Los
comuneros de Castilla defendieron una política antiseñorial, de ahí la
oposición de la alta nobleza (Luna, Lemos, Astorga, Benavente, etc). En la
provincia berciana había un contexto antiseñorial. Hubo pleitos contra el
monasterio de san Andrés de Espinareda por parte de sus renteros (1519). Otro
tanto aconteció con el cenobio de Carracedo por sus impuestos señoriales. Aquí
los vecinos y los concejos se rebelaron formando “ligas y monipodios para no
pagar” al abad. Los pleitos se sucedieron desde 1497, con mayoría de sentencias
promonásticas. Y es que el poder señorial era fundamento religioso y aliado de
la Corona de Castilla frente a sus vasallos subordinados.
Los
comuneros pretendían que Carlos I gobernase Castilla, dejando en un segundo
plano la política internacional. Por eso se mostraron contrarios a los regentes
extranjeros. Cuando el rey se encaminó a Galicia, para embarcarse en A Coruña,
camino de Alemania, los regimientos de las villas de Ponferrada y Villafranca
le pidieron su pronto regreso a España para evitar males mayores (1520).
Conviene recordar que la política local de ambas villas bercianas estaba muy
mediatizada por sus principales oficiales, el corregidor real y el alcalde
mayor señorial, respectivamente.
Para
rematar, conviene recordar que el mejor divulgador de la revuelta de las Comunidades de Castilla a nivel popular ha
sido un berciano. Nos referimos a Luís López Alvarez, con su poemario Los
Comuneros (1970). Sus palabras jamás serán olvidadas, “Mil quinientos veintiuno
y en abril para más señas en Villalar ajustician quienes justicia pidieran
(…)”. Esperemos que algún día la historiografía y la política se pongan de acuerdo
en la interpretación adecuada de la rebelión comunera.
O Bierzo, abril de 2023.
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