viernes, junio 09, 2023

EL FIN DE LA PROVINCIA DE VILLAFRANCA EN 1823.


 


EL FIN DE LA PROVINCIA DE VILLAFRANCA EN 1823,

Por Javier Lago Mestre.

En el verano de 1823 se produjo el fin de la provincia liberal de Villafranca de El Bierzo. Este acontecimiento destacado merece un recuerdo y una reflexión sobre lo que supone la memoria colectiva. Nos referimos a que todavía muchos bercianos consideran que la supresión de dicha provincia se debió a las disputas entre Villafranca y Ponferrada por su capitalidad. Pero la realidad histórica fue otra.

Conviene recordar que el régimen político del Trienio liberal (1820-1823) se enfrentó al absolutismo. Esta conflictividad peninsular se produjo en plena ocupación napoleónica, cuando la guerra atacó las instituciones del llamado Antiguo (monarquía, señoríos, Iglesia, etc). Tras la derrota militar francesa, las fuerzas burguesas defendieron su régimen liberal (constitucionalismo, democracia censitaria, reforma territorial, etc). Sin embargo, las monarquías europeas se organizaron para defender el régimen absolutista. Su reacción militar fue la creación del ejército de los Cien mil hijos de san Luis que invadió España en 1823.



Los militares franceses avanzaron hacia El Bierzo al mando del general Bourke. El régimen liberal nombró a Pablo Morille, conde de Cartagena, como comandante del 4º ejército (Galicia, Asturias y León). La presencia de este ejército liberal en nuestra región ocasionó numerosos problemas a los bercianos (alojamiento, abastecimiento, transporte, requisas, contribuciones, etc). Bourke ocupa León (mayo) y se dirige al Cerezal, donde inicia negociaciones con Pablo Morille. Este militar evita el enfrentamiento militar y se retira a Lugo (26 de junio). En esta ciudad emite una proclama a favor del absolutismo, rechazando la destitución del rey Fernando VII y criticando al Gobierno provisional. Posteriormente, Bourke llega a Lugo y Morille se somete (julio). Ahora ambos militares se unen contra los focos liberales de Galicia, el militar francés ataca Mondoñedo, Viveiro y Betanzos, mientras Morille ocupa Santiago, Pontevedra y Vigo.

LA RESISTENCIA PROVINCIAL BERCIANA.

La diputación de Villafranca poco podía hacer frente al poder de los jefes militares de los dos ejércitos foráneos. En esta provincia berciana la institución provincial tenía escasez de medios personales, económicos y materiales. Quienes sí actuaron fueron las partidas realistas que ocuparon las localidades bercianas. En el caso de Villafranca, los partidarios del conde Fideli destruyeron la simbología liberal (quema de constituciones, rompieron escudos y documentos, formaron voluntarios realistas, etc). Los liberales bercianos continuaron la lucha desde las montañas, ejemplos del jefe político provincial, Nicolás de Castro, o el abad do Barco, que llegaron a recuperar temporalmente Ponferrada y Villafranca.     

La resistencia provincial berciana ante el absolutismo tenía los días contados. Las partidas bercianas estaban divididas entre absolutistas y liberales. Pero la presencia del ejército absolutista decantó la victoria de su lado. El nuevo régimen absolutista derogó la obra política liberal (decreto de 1 de octubre), con la supresión de la provincia de Villafranca. De ahí la recuperación de las instituciones del Antiguo régimen, como los antiguos corregidores. Así se repone un nuevo oficial real en Ponferrada, ”corregidor, justicia mayor, capitán á guerra, subdelegado de todas las rentas reales (…) de la villa de Ponferrada, su jurisdicción y partido” (octubre de 1823). El corregimiento ponferradino correspondía con el antiguo partido-provincia de El Bierzo de la Edad moderna.



Ante el triunfo del régimen absolutista, los regidores ponferradinos buscan el amparo real, “como capital en el partido del Vierzo, en el reino de León (…), se dirige sumiso al augusto trono de V.M. con el más ardiente entusiasmo al ver a su adorado Soberano con su cara esposa y Real familia”. Además se aprovecha este escrito municipal para recordar la pérdida provincial, “avisándole tan enorme sentimiento la mudanza de su antigua capital a pueblo menos digno, decretada por los titulados Padres de la patria en la época de desorden” (Gaceta de Madrid, marzo de 1824). En varios documentos sigue apareciendo la referencia a la provincia berciana. Así acontece cuando La Somoza reclama sus privilegios ante la Corona, “Sindico general de la Somoza de San Cosmed, de la provincia del Bierzo” (1825). El Diccionario d Sebastián Miñano, de 1826, se refiere a “montañas de Asturias, y dividen la provincia del Bierzo, del reino de Galicia”.

La supresión de la diputación de Villafranca no significó el fin de las aspiraciones provinciales bercianas. A lo largo del siglo XIX, siempre que la coyuntura política española lo permitió, los bercianos reclamaron la descentralización en nuestra región con la recuperación de la provincia histórica. Por supuesto, Villafranca y Ponferrada comandaron las diversas iniciativas, además de los proyectos provinciales foráneos (Patricio de la Escosura, Fermín Caballero, Pascual Madoz, Lucas Mallada, etc), y con reconocimiento geográfico específico (F. Fabre, R. Macias Picavea, Dantín Cereceda, etc. Por desgracia, otros debates territoriales se potenciaron (el regionalismo periférico, federalismo, regionalismo administrativo estatal, etc), dejando aparcada la reforma provincial hasta nuestros días.

O Bierzo, junio de 2023.



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