CEREMONIALES COMUNITARIOS HISTÓRICOS EN EL BIERZO.
CEREMONIALES COMUNITARIOS HISTÓRICOS,
Por Javir Lago Mestre, autor libro El Bierzo provincial.
Un año más tiene lugar la salida
del Santo de Bembibre que se produce cada siete años. El investigador M. Olano
Pastor ha documentado la fecha de 1628 como referencia al milagro de la
rogativa de la lluvia durante un período de seguía. En agradecimiento colectivo
tiene lugar la salida de los pendones de localidades de todo el arciprestazgo
del Boeza.
Este
acontecimiento nos recuerda a la rogativa de la Virgen de Castrotierra. En este
caso, el Consejo de la tierra de Astorga, formado por procuradores y pedáneos
de diversas localidades, decide cuando se saca a la Virgen para combatir los
períodos de sequía. A pesar del fervor popular secular, esta rogativa maragata fue
objeto de los intentos de control por el propio marqués de Astorga (1772) y el
obispo (1803), de ahí que tuviesen que ser los reyes quienes protegieran tal
celebración.
Otros
desfiles comunitarios de gran tradición fueron los del Corpus. Los gremios de
oficios eran los encargados de organizarlos, caso de los zapateros o sastres.
Sabemos que incluso el corregidor de Ponferrada obligaba a la participación de
los gremios en los Corpus con danzantes, gaiteiros y tarascas. En fecha
posterior al Corpus tiene lugar en la catedral de Lugo la ofrenda de las
ciudades gallegas al Santísimo Sacramento, que refuerza el simbolismo
institucional, civil y eclesial desde 1669.
El
rey Carlos III tomó postura clara por el dogma de la Inmaculada Concepción. El
regimiento ponferradino aceptó las directrices reales en 1656, ratificándolo en 1662. Esta fiesta suponía
un nuevo gasto para el ayuntamiento (pago de sermones) y la obligación de
acudir a los actos religiosos. Festividad que fue muy cuestionada en su momento,
incluso hubo un fuerte debate teológico entre franciscanos (inmaculados) frente
a los dominicos que finalmente tuvieron que renegar en sus postulados antiinmaculados.
Las
romerías fueron muy numerosas en El Bierzo. Destacamos las de la Virgen de la
Peña de Congosto. Sabemos que en 1899 tuvo gran éxito dentro de la diócesis de
Astorga, incluso se formaba un tren con peregrinos desde esta ciudad maragata.
El periódico Heraldo Astorgano nos informa que hubo 300 personas de Carucedo,
400 de Molinaseca, además de Villafranca, Ponferrada y Galicia. Otras romerías
menores fueron las de la Virxe da Estrela en s. Xoán de Palozas, romería de
Trascastro en Fornela, Aquiana, Fombasallá, etc, manifestaciones todas de la
fuerte religiosidad rural.
Las
cofradías religiosas tuvieron gran importancia en la Edad moderna. Destacamos
las penitenciales en Semana Santa, las sacramentales, las cristológicas,
marianas, de ánimas, etc. En Quintana de Fuseros existe todavía la cofradía de
los amortajados (ánimas), con sus vestimentas blancas ante el Cristo de la
Cabaña, en agradecimiento por favores recibidos.
En
el siglo XVIII el poder laico intentó la supresión de las cofradías, caso del
conde de Aranda (1772), para evitar la excesiva influencia de la religión en la
vida civica. De ahí la elaboración de numerosos expedientes de los oficiales
reales para conocer la presencia de cofradías y hermandades. Cuando el
intendente de León elabora su expediente (1772) se refiere a las cofradías de
León y su provincia, donde no aparecen las de la provincia berciana, que
suponemos que registraría el propio corregidor de Ponferrada. En el siglo
siguiente, la política liberal presiona a la Iglesia católica al administrar la
enseñanza laica, o en el control del espacio público, al prohibir a las
cofradías colocar pendones negros en casas de difuntos, en base a “no sirve
para más que para mortificar a los transeúntes de las calles” (1843).
Por lo que se refiere a las
celebraciones comunitarias más civiles resaltamos las proclamaciones,
casamientos o muertes de los reyes. En Ponferrada se realizaban desfiles
presididos con su pendón, llevado por el alférez, acompañado por el corregidor
y el regimiento, desde la plaza del mercado o de la Encina a la plaza de las
eras. Había un reconocimiento colectivo del nuevo rey, mediante el acatamiento
popular activo, consistente en el tremolar del estandarte y el grito de
“Ponferrada y su provincia del Bierzo”, por parte del dicho alférez, y respondido
por el pueblo con el berro de “Viva, viva, viva”. Por supuesto, este tipo de
ceremoniales se celebraron en otras ciudades realengas promovidos por sus
corregidores.
Los
concejos rurales organizaban sus fiestas locales (patronales, romerías, etc).
Cruces y estandartes parroquiales acompañaban los pendones concejiles, seguidos
de los danzantes y músicos, delante de las esculturas de sus patronos y
patronas, y rematados por las autoridades civiles y eclesiales. Debido a los
desastres demográficos ocasionados por las pestes, tuvieron gran devoción
santos como san Roque (Ponferrada) o san Sebastián (Villafranca). De ahí la
celebración de votos de villa en agradecimiento a estos santos por su
protección frente a las pestilencias.
Una
derivada de estas festividades son las proclamaciones como patronos y patronas
territoriales. Es el caso de la Virgen de la Encina como patrona de El Bierzo,
la Virgen de la Peña como patrona de El Bierzo Alto, el Ecce Homo patrón del
arciprestazgo del Boeza, el Cristo de la Esperanza como patrón de El Bierzo,
etc. Clara competitividad religiosa por conseguir mayor prestigio social y
recursos económicos. Mientras en León declaran su Virgen del Camino como
patrona del Reino de León.
Estos
comentados ceremoniales colectivos servían para socializar a los vasallos,
feligreses o peregrinos en una determinada ideología religiosa o política. Insistimos
que en la Edad moderna era obligatoria la asistencia a las festividades
eclesiales. Para el barroco fueron muy importantes estas representaciones (poder,
jerarquía, belleza…) con gran capacidad de atracción popular. Por eso las
imágenes salen de las iglesias, para conquistar el espacio público
(procesiones). Incluso hay una recristianización del mundo urbano con la
colocación de cruces, denominaciones de calles o puertas de murallas,
festividades, control de los tiempos a toque de campanas, etc.
O Bierzo, xullo 2022.
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