INTERÉS POR EL IDIOMA GALLEGO DE EL BIERZO EN PRIMERA MITAD SIGLO XX.
INTERÉS POR EL GALLEGO BERCIANO EN
SIGLO XX,
Por Javier Lago Mestre,
Autor libro El Bierzo
provincial.
Una colaboración escrita sobre
León, publicada en varios diarios de España, se refería las influencias culturales vecinas. “Siendo
más antigua corte y población que todas la centrales, ha perdido su carácter,
semejándose al gallego que ha hecho suya la comarca del Vierzo (…)”, además,
del asturiano, “que ha conquistado las vecindades desde La Robla arriba” (La
Correspondencia de Valencia, 1906).
Los
estudios geográficos se percatan claramente de las peculiaridades orográficas
bercianas. De ahí que Dantín Cereceda defienda su inclusión en Galicia con
Sanabria (Regiones naturales, 1922). Los sociólogos también aprecian los
parecidos con Galicia. Es el caso de León Martín Granizo, que consideró el
subtipo berciano, “difiere en mayor grado, tanto interior como exteriormente,
del tipo sintético leonés, semejándose más al gallego” (Provincia de León,
1929).
Más
claras son las diferencias lingüísticas. Alfredo Barthe aprecia el idioma
gallego en los dos partidos judiciales bercianos, “el acento de Galicia, es marcadísimo
y en algunas partes, viene a confundirse con el dialecto gallego” (La provincia
de León, 1902). Por su parte, S. Alonso Garrote, estudia el dialecto vulgar
leonés de la Maragatería (1909), y reconoce que en los dos partidos bercianos
“se habla un acentuado dialecto gallego”. Tras él, Verardo García Rey, en su
Vocabulario del Bierzo (1934), coloca la línea interlingüística en el río Sil,
“son pocos los rasgos y voces que quedan del gallegoportugués, y pasada esta
línea, invaden el centro y occidente de la región castellanismo numerosos, que
han convertido el primitivo gallego de Lugo, hablado en esta parte, a un
dialecto castellanizado”.
El
leonés Sabino Ordás muestra su interés lingüístico en su libro “La región
idiomática del Bierzo” (1935). Más tarde, Nicolás Benavides Moro recupera los
ensayos poéticos en dialecto berciano de A. Fernández y Morales (1953). Sin
embargo, Miguel Bravo Guarida (1873-1950), impulsor del leonesismo cultural, en
sus estudios filológicos, ignoró la presencia del gallego en El Bierzo.
Incluso, en la revista del órgano oficial del Centro región leonesa, de Buenos
Aires, en un artículo sobre la villa de Ponferrada, su autor escucha a los
bercianos que “intercalando en sus conversaciones muchas palabras en bable
leonés” (1934). Muy curioso que su autor leonés oiga bable en la capital de El
Bierzo y no gallego. Y Cayetano A. Bardón, autor de Cuentos en dialecto leonés
(1955), reflexiona sobre la buena sonoridad del leonés frente al gallego
malsonante, “peores los tiene el Gallego y sin embargo a nadie sorprende que en
Galicia se hable”.
En
la década de los 40 destaca la investigación filológica de Valentín García
Yebra. En su estudio en tierra de Ancares nos recuerda que “podemos afirmar que
el ancarés es el habla más interesante que conocemos entre todas las del
gallego hablado fuera de Galicia” (1945). Por su parte, Ramón Menéndez Pidal,
estudioso del leonés, afirma que hay en este reino regiones “bilingües también
siempre: Asturias, El Bierzo, Sanabria, que las tres hablan gallego en su parte
occidental y leonés en su parte oriental” (Los españoles en la historia, 1947).
La
dictadura franquista obligó a la emigración a muchos intelectuales. También L.
Martín Echevarría se refiere al gallego de El Bierzo, “el gallego, más o menos
puro, penetra en tierras asturianas hasta el medio y bajo del Navia; en la
provincia de León, por la zona de transición del Bierzo” (Periódico España
democrática, Montevideo, 1954). El historiador, Luís Carretero y Nieva, en su
estudio sobre Las nacionalidades españolas (1952), nos indica que “así la
comarca leonesa del Bierzo tiene mucho de gallego, entre el país castellano y
gallego”. Otro tanto aconteció con el gallego Alfonso Castelao, el cual relató
“con todo é doado esperar que O Bierzo e demais comarcas limítrofes de Ourense
e Lugo, se incorporen ao seo da súa nación natural, e que o tempo –gran
curandeiro dos erros históricos- posibilite a reconstrucción total da nosa
unidade” (Sempre en Galiza, 1980).
La
literatura escrita berciana no oculta la presencia del gallego. Luís Rosales,
en la revista Bierzo (1957), describe las romerías, “en éstas como en todas las
romerías bercianas y gallegas se come empanada y se cantan dulces melodías
galaicas, se lanzan con el mismo brío los aturuxos”. El berciano Julián Alvarez
Villar (El Bierzo, 1952) escribe, “el folclore tiene sobrada influencia
gallega, sin llegar a hablar ni cantar plenamente en aquella lengua, salvo en
los límites con Lugo y Orense”. Posteriores fueron las pinceladas gallegas de
la poesía de Gilberto Núñez Ursinos y Antonio Pereira (País de los Losadas,
1978).
O Bierzo, xullo de 2022.
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