lunes, junio 18, 2012

NUEVA ORDENACIÓN TERRITORIAL EN CASTILLA Y LEÓN




NUEVA ORDENACIÓN TERRITORIAL DE CASTILLA Y LEÓN
Y SU REPERCUSIÓN EN LA REGIÓN BERCIANA,
por Xabier Lago Mestre.

                La Junta de Castilla y León está trabajando en un nuevo modelo de ordenación territorial para esta Comunidad Autónoma que pretende aprobar mediante la futura Ley de gobernanza, ordenación y servicios del territorio. La unidad básica de esta nueva ordenación territorial serán los llamados distritos de interés comunitario. Conviene recordar que la Junta de Castilla y León ya intentó otros modelos territoriales en el pasado, casos de las áreas funcionales o las actuales mancomunidades. Eso sí, se ha huido siempre de institucionalizar las tradicionales comarcas geográficas. Nuestros políticos están por el cambio, y lo demuestran ahora abandonando las mancomunidades y aportando la novedad de los distritos de interés comunitario. Estos vienen a ser lo mismo que las mancomunidades, aunque se reestructurarán sus competencias y sus límites territoriales. De momento nada se dice de su financiación, el tema clave y más problemático queda pospuesto sine die.

LA DISTRIBUCIÓN COMPETENCIAL.
                Ahora nuestros políticos de la Junta de Castilla y León se entretienen en la distribución competencial entre los municipios, según el número de habitantes, los distritos de interés comunitario y las diputaciones. Así, los municipios hasta 1000 habitantes tendrán el grupo de nuevas inversiones (calles, red de saneamiento, red de alumbrado público, cementerio municipal, red de distribución de agua, parques y jardines, piscina de verano, telecentro de acceso a internet, micropolígono industrial…), y los servicios públicos (gestión del empadronamiento, determinación de fiestas locales, autorización de espectáculos, venta ambulante, gestión del patrimonio histórico, intervención contra la drogodependencia…).

                También se fijan las competencias de los municipios de 1000 a 5000 habitantes. Estos tendrán el museo municipal, teatro, plaza de toros, aparcamientos…), y en servicios sociales (bandas municipales y grupos de danzas). Respecto a los municipios de 5000 a 20000 habitantes, destacamos el mercado de abastos, sala de exposiciones o el centro de día, mientras que los servicios públicos se concretan en oficina municipal de turismo, dinamización y promoción económica social (discapacitados, integración social…).








                Por lo que se refiere a los llamados distritos de interés comunitario tendrán competencias en inversiones como: limpieza de calles, tanatorio, camiones de basura, complejo polideportivo, biblioteca de menos de 5000 h., escuela municipal de música, centro de formación no reglada, centro infantil de ocio, etc. Mientras que en la categoría de servicios públicos incluyen: organización de ferias comerciales mancomunadas, censo de perros, generación de transporte de viajeros intermunicipal, policía local de menos 5000 habitantes, Apoyo al asociacionismo, etc.

PROBLEMÁTICA DE LOS NUEVOS DISTRITOS DE INTERÉS COMUNITARIO.
                En fin esos distritos de interés comunitario vienen a ser las anteriores mancomunidades quizás ahora más organizadas en el tema competencias y de límites territoriales. Los problemas de estos nuevos distritos es que obligan a eliminar las mancomunidades actuales. Por cierto, las mancomunidades tienen reconocimiento en las leyes estatales y autonómicas, pero en estas normas no hay ninguna referencia a los distritos de interés comunitario. Esto puede ser un problema jurídico a resolver pues nada se habla tampoco de ellos en el Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Esta indefinición legal no es un buen presagio de futuro para los nuevos distritos. Que ganas de innovar para romper con el pasado institucional (mediante comarcas, mancomunidades o áreas funcionales) sin resolver problemas, todo lo contrario.

                Por otra parte, los políticos dicen que el proceso de formación de los distritos de interés comunitario es voluntario para los municipios. Al desaparecer las mancomunidades por mandato de la Junta de Castilla y León, los municipios que no se integren en los distritos quedarán aislados y, lo que es peor, sin financiación pública alternativa. Queda claro que todos los municipios, grandes y pequeños, están obligados a integrarse en los distritos si quieren tener algún tipo de viabilidad futura.





         
     Otro problema que acecha a los mencionados distritos de interés comunitario es que el Gobierno Central está elaborando el proyecto de reforma de la Ley de bases de régimen local. Esta ley estatal puede hacer otro reparto competencial alternativo entre los municipios, según el número de habitantes, concretamente en el caso de las materias educativas y sanitarias. Reforma institucional que podría afectar también a las diputaciones e incluso a las comarcas. Esta ley condicionaría cualquier ley autonómica regional de forma directa, como es el caso del proyecto de Ley de gobernanza, ordenación y servicios de Castilla y León. Así pues, parece lógico esperar primero a conocer las novedades que aporte la dicha Ley estatal del régimen local y dejarse de experimentos previos.

EL BIERZO Y LOS DISTRITOS DE INTERÉS COMUNITARIO.
                En la región berciana hay mancomunidades que no presentan una ordenación territorial adecuada. Ejemplo de esto es la integración y posterior marcha de varios municipios de mancomunidades según sus intereses económicos y políticos. El Consejo Comarcal de El Bierzo es la institución que debe asumir las competencias actuales de las mancomunidades bercianas, mediante una coordinación adecuada. Y lo mismo decimos de los futuros distritos de interés comunitario que son incompatibles con la existencia del Consejo Comarcal Berciano en base a criterios de eficacia gestora y eficiencia presupuestaria.

La región berciana tiene una especificidad institucional, reconocida en el propio Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Los distritos de interés comunitario no pueden entrar en competencia con el Consejo Comarcal y no deberían crearse en la región, pasando sus potenciales competencias a ser gestionadas por la institucional berciana.




Esta nueva ordenación territorial de Castilla y León seria un revulsivo competencial para el Consejo Comarcal de El Bierzo que no acaba de encontrar su espacio en el actual marco institucional de la Comunidad Autónoma y del Estado. Recordemos que también se pretende reforzar el papel de las diputaciones. Pues bien, las competencias que se quieren asignar a las diputaciones deberían tener presente la excepcionalidad berciana. Es decir, las nuevas competencias que se distribuyan en la provincia leonesa deberían repartirse territorialmente entre la Diputación leonesa y el Consejo Comarcal de El Bierzo.

O Bierzo, xuño de 2012.
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