viernes, septiembre 28, 2012

MEDIATIZACIÓN INSTITUCIONAL DE LAS TRADICIONES BERCIANAS (1ª PTE.)



MEDIATIZACIÓN INSTITUCIONAL DE LAS TRADICIONES BERCIANAS (1ª PARTE),
por Xabier Lago Mestre, del colectivo cultural Fala Ceibe do Bierzo.

INTRODUCCIÓN.

Todos tenemos una visión natural, no conflictiva y festiva de las tradiciones. Nos referimos a esas  fiestas patronales, con sus bailes, músicas o trajes regionales. También hay otras tradiciones, comerciales (ferias y mercados), religiosas (Semana Santa, Navidad,  romerías...), deportivas (lucha leonesa, bolos...), laicas (Constitución, Días del Trabajo, El Bierzo, la Mujer...), etc. Hay intentos por recuperar otras (las mallas, inicio de la vendimia, romerías con pendones...), o incluso se crean tradiciones nuevas en los casos de la Noche Templaria, jornadas de Cornatel, mercados medievales, Batalla de Cacabelos y demás que buscan su consolidación temporal mediante las subvenciones de sus ayuntamientos.

Por otra parte, en este trabajo procuramos una visión estructural o crítica de nuestras tradiciones. Es preciso tener en cuenta los contextos histórico, social, económico e ideológico para comprender las tradiciones. Creemos fundamental estudiar algunos de los procesos de  la intervención de las instituciones en las tradiciones de la región berciana. Entre esas instituciones destacamos la Corona, la Iglesia católica (obispados, monasterios o parroquias), señoríos laicos, ayuntamientos, cofradías o juntas vecinales. La visión crítica de las tradiciones se concreta también en la discriminación de minorías (judíos, moros, mujeres...), o en el maltrato animal (corridas de toros, la caza...), ensalzamiento del  pecado original, el sufrimiento y la penitencia (Semana Santa...).
 


En este contexto de relaciones sociales de poder no podemos pasar por alto el protagonismo de los propios vecinos en los procesos de creación y consolidación de las tradiciones a través de las actividades festivas o agroganaderas (os maios, o entroido, as matanzas, os fiadeiros, as noites de fogueiras, as muiñadas, o apalpador…).Sin embargo, el objeto de este trabajo no son las tradiciones de claro origen popular. Fijamos nuestro espacio temporal principalmente en la Edad Moderna (siglos XVI al XVIII). Sin más preámbulos pasamos a desglosar los poderes institucionales y su activismo concreto.

SUPREMACÍA DE LA CORONA DE CASTILLA.

La tradición identitaria provincial.

Los Reyes Católicos aprovecharon la derrota del conde de Lemos (1486) para favorecer la intervención en la región berciana. Así ejecutaron su política centralista mediante diversos procesos de control social, judicial (supremacía de la justicia real sobre la señorial, ), fiscal (cobro de alcabalas, millones...), orden público (Sta. Hermandad, corregidor de Ponferrada...), ordenación territorial (creación de la provincia...), etc. La organización territorial durante el Antiguo Régimen se realizó a través de los reinos y las provincias, coma la de El Bierzo. La provincia era un instrumento más de control institucional (fiscal, gubernativo, militar, etc).  La delimitación territorial y administrativa que supuso la provincia reforzó la concienciación identitaria a lo largo de los siglos. Esto se concretó en la continuada referencia a nuestra provincia en la documentación histórica, "sépase que nos, los vecinos y concejo, justicia y regimiento de esta villa de Tombrio de Abajo, provincia del Bierzo, reino de León y Obispado de Astorga (...)".

La tradición lingüística. 

Una característica tradicional de la región berciana ha sido y es la pervivencia histórica de tres idiomas, castellano, gallego y leonés. Los Reyes Católicos ejecutaron claras políticas de fomento del uniformismo lingüístico de sus reinos. En este sentido, se exigió el examen previo de lengua castellana a los futuros notarios, llegaron regidores, escribanos y corregidores que desconocían las lenguas tradicionales, o se emprendió la reforma monástica centralista, de las órdenes benedictina y cisterciense, que hizo desaparecer definitivamente el gallego de la documentación institucional.



La tradición ferial.

La Corona también es la que concede la celebración de ferias y mercados en las villas de la región berciana. Son los Reyes Católicos los que conceden las ferias y mercados semanales de Ponferrada. Esta tradición comercial fomenta el desarrollo económico regional y urbano, a la vez que aumenta la fiscalidad señorial y real según los casos. Los nobleza luchó por beneficiarse de los mercados y ferias lo que provocó la consiguiente conflictividad social. Este fue el caso del mercado de los martes en Cacabelos que el marqués de Villafranca quería llevar a la capital del Burbia (1560).



La tradición de la segregación social. 

La persecución de las minorías religiosas fue ejercida por la Corona de Castilla y León sin olvidar que detrás de esta estrategia estaba la Iglesia Católica o los afectados por las consecuencias negativas de la actividad económica judía (usura, préstamos, recaudación...).  En esta coyuntura se inscribe la petición de segregación de los judios en la villa de Ponferrada (1488), "Sepades que por parte del conçejo, justiçia, regidores, oficiales e  omes buenos dela villa de Ponferrada me fue fecha relaçion por su petiçion que ante mi en el mi Consejo fue presentada disiendo queen la dicha ciudad ay cierto numero de veçyndad de judíos para los quales no esta fecho apartamyento de judería de entre los christianos mas antes dis questan estremescladas las casas donde ellos viven con las de los christianos de que se puede recreçer algún daño. E que me suplicaron e pidieron por meçed que pues en todos mis reynos estaban apartados los judíos que çerca dello mandase remediar mandando dar mi carta para una buena persona (…)”. Primero fue la separación de los barrios judios y luego la obligada conversión bajo amenaza de expulsión (1492). Las consecuencias del uniformismo étnico nacional fueron la persecución de otras minorías religiosas y étnicas, ejemplos de los moros (expulsión en 1502 y 1609, conversión forzosa de 1525, guerra de 1568)  y gitanos.

La tradición festiva.

Sabemos de varios mandatos reales sobre restricciones en la celebración festiva de nacimientos o bodas.  El fundamento de la intervención de la Corona fue evitar alborotos y endeudamientos por los excesivos gastos. Se trataba de controlar el orden público mediante la fuerza policial y la imposición de fuertes sanciones pecuniarias, incluso el destierro. La documentación insiste en restringir las reuniones familiares, “vedado en esta villa de Ponferrada e a sua provincia non aya ayuntamientos de gentes en las bodas e misas nuevas e bavtizos para evitar los males daños e escándalos  e inconvenientes que dellos se seguían (…)” (…)”. El ayuntamiento de Ponferrada, bajo la presidencia del corregidor, aprueba la correspondiente ”Hordenanza de las bodas”, en 1537, reconociendo la influencia en esta tradición de Galicia, “conformándose con la premática que sobre este caso habla en lo que toca al reino de Galizia, por la vecindad questa villa e tierra tienen, de donde se a recrecido e redundado en ella la dicha costumbre (…)”.



La Corona impone su política en materia de celebraciones festivas. Felipe V en 1709 manda celebrar en Ponferrada de forma oficial las fiestas de San Sebastián y San Marcos. Otro tanto acontecía con las celebraciones festivas de proclamación de reyes, nacimiento de infantes, muerte de reyes, victorias militares o visitas reales. Los gastos de estas festividades reales por supuesto corrían a cargo del erario municipal.

O Bierzo, setembro de 2012.
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