OS NOMES DOS CONCELLOS BERCIANOS
OS NOMES DOS CONCELLOS BERCIANOS,
Por Xabier Lago Mestre.
Por Xabier Lago Mestre.
falaceibe@yahoo.es
El año 2007 comienza con la delegación de la materia de alteración del nombre y cambio de capitalidad de los municipios por parte de la Junta de Castilla y León en la Comarca de El Bierzo. Resulta lógico que el Consejo berciano, en el que están representados todos los ayuntamientos, asuma parte de las funciones relacionadas con las administraciones locales de nuestra región que hasta ahora son competencias de las instituciones superiores. Reafirmamos esta demanda en la cercanía entre nuestras administraciones (comarca, ayuntamientos y pedanías), lo que permite un trato directo y una más estrecha cooperación, y en que comparten el mismo espacio territorial y población.
La importancia de la gestión de esta dicha materia delegada deriva de que ahora los bercianos podremos fijar los nombres de nuestros municipios rompiendo con un pasado de imposiciones lingüísticas. En El Bierzo existen varios idiomas desde la Edad Media, castellano, ástur-leonés y gallego. Siendo también cierto que la lengua ástur-leonesa se asentaba secularmente en el oriente de nuestra región, mientras que el gallego hace lo mismo en el occidente. Estos dos idiomas, a pesar de su comentada vinculación territorial, fueron objeto de minorización continuada por razón de la progresiva imposición política del castellano. Como aquellas lenguas no poseían reconocimiento legal pues no eran tenidas en cuenta por las instituciones.
Esta situación discriminatoria para los idiomas regionales no siempre fue así. Como bien podemos constatar en la documentación de nuestros monasterios bercianos, el gallego y el ástur-leonés tuvieron un uso social e institucional normal durante la Edad Media. Por eso encontramos en esos papeles antiguos nombres de villas y lugares como: Curillón, Valboa, S. Pedro de Devesas, Quilous, Toural, Teixeda, Canteyxeyra, Cobellos, A Veiga, Fabeiro, Vila de Paos, etc o de comarcas: Valcarce, Cabreyra, Berizo, Aguiar, Fornela, Cornatelo, etc. Seguro que todos podemos identificar sin dificultad estas denominaciones con localizaciones actuales de nuestro mapa regional de El Bierzo. Estos nombres existen todavía en la lengua gallega, y con otros muchos, los que forman parte de la toponimia menor, denominaciones de montes (orónimos), de aguas terrestres (hidrónimos), de personas (antropónimos), de plantas (fitónimos), de animales (zoónimos) y demás, enriquecen nuestro variado patrimonio lingüístico berciano.
Queda claro que la lengua gallega, tan presente en el territorio occidental, tiene desde luego carácter de propia de El Bierzo porque forma parte esencial del patrimonio idiomático de sus hablantes hace siglos. Sin embargo, también hubo falta de valoración, cuando no desprecio, hacia el gallego por el lado de las instituciones. Así el gallego sólo tuvo consideración de dialecto o habla del pueblo iletrado frente al idioma general o nacional del Estado, el castellano. Manifestación de esta discriminación lingüística fue la falta de reconocimiento legal del gallego hasta la recuperación de la democracia con el Estado de derecho. El gallego, al no tener valor jurídico, careció de uso administrativo por las instituciones públicas.
Los funcionarios locales o estatales aplicaron esta política lingüística uniformizadora en su actuación diaria por obrigación legal. Así por ejemplo, si había que hacer los nomenclátor, es decir, las listas de las diversas poblaciones de El Bierzo (ayuntamientos, villas, pedanías, barrios, lugares...) o de los nombres de las calles, pues se castellanizaban progresivamente con cada nueva revisión ¿razones?. Primera, porque los oficiales públicos desconocían el gallego, y ya se sabe, lo que se ignora no se valora ni reconoce como tal. Segunda, los nombres gallegos carecían de significación para los funcionarios castellano-hablantes, por eso buscaban denominaciones próximas a su lengua (por grafía o fonética). Y tercera, el gallego no existía legalmente, al no ser idioma oficial, por lo tanto carecía de efectos jurídicos en el derecho público.
Este año los bercianos tenemos la oportunidad de recuperar la denominación de nuestros municipios en la lengua propia de El Bierzo occidental. En este sentido hay que tener en cuenta la Ley de Régimen Local de Castilla y León que manda que "la denominación de los municipios habrá de ser en lengua castellana (...)" (artículo 24.1). Luego esta imposición idiomática obliga a adoptar nombres bilingües para los municipios bercianos. De este modo también daremos cumplimiento a lo establecido por la Carta Europea de las Lenguas Regionales ou Minoritarias -ratificada por el Reino de España en 2001- que propone el "empleo o la adopción y, en caso de que proceda, conjuntamente con la denominación en las lenguas oficiales, de las formas tradicionales y correctas de los topónimos en las lenguas regionales o minoritarias" (artículo 10.2.g).
Deseamos que los políticos locales inicien los procedimientos administrativos para incorporar las denomicaciones de los municipios en gallego-berciano ( Peranzais, A Veiga de Espiñareda, Fabeiro, Vilafranca, Cabanas Raras, A Veiga de Valcarce, A Ponte Domingo Flórez, Valboa, Barxas, Camponaraia, Viladecais y Borreis). Esta tramitación legal debe compaginarse con una campaña informativa del Consejo de El Bierzo entre la población afectada, sobre las denominaciones bilingües de los municipios, la cual sin duda facilitará la concienciacion social favorable a esta pequeña modificación idiomática.
Ponferrada, enero de 2007.
http://obierzoceibe.blogspot.com
El año 2007 comienza con la delegación de la materia de alteración del nombre y cambio de capitalidad de los municipios por parte de la Junta de Castilla y León en la Comarca de El Bierzo. Resulta lógico que el Consejo berciano, en el que están representados todos los ayuntamientos, asuma parte de las funciones relacionadas con las administraciones locales de nuestra región que hasta ahora son competencias de las instituciones superiores. Reafirmamos esta demanda en la cercanía entre nuestras administraciones (comarca, ayuntamientos y pedanías), lo que permite un trato directo y una más estrecha cooperación, y en que comparten el mismo espacio territorial y población.
La importancia de la gestión de esta dicha materia delegada deriva de que ahora los bercianos podremos fijar los nombres de nuestros municipios rompiendo con un pasado de imposiciones lingüísticas. En El Bierzo existen varios idiomas desde la Edad Media, castellano, ástur-leonés y gallego. Siendo también cierto que la lengua ástur-leonesa se asentaba secularmente en el oriente de nuestra región, mientras que el gallego hace lo mismo en el occidente. Estos dos idiomas, a pesar de su comentada vinculación territorial, fueron objeto de minorización continuada por razón de la progresiva imposición política del castellano. Como aquellas lenguas no poseían reconocimiento legal pues no eran tenidas en cuenta por las instituciones.
Esta situación discriminatoria para los idiomas regionales no siempre fue así. Como bien podemos constatar en la documentación de nuestros monasterios bercianos, el gallego y el ástur-leonés tuvieron un uso social e institucional normal durante la Edad Media. Por eso encontramos en esos papeles antiguos nombres de villas y lugares como: Curillón, Valboa, S. Pedro de Devesas, Quilous, Toural, Teixeda, Canteyxeyra, Cobellos, A Veiga, Fabeiro, Vila de Paos, etc o de comarcas: Valcarce, Cabreyra, Berizo, Aguiar, Fornela, Cornatelo, etc. Seguro que todos podemos identificar sin dificultad estas denominaciones con localizaciones actuales de nuestro mapa regional de El Bierzo. Estos nombres existen todavía en la lengua gallega, y con otros muchos, los que forman parte de la toponimia menor, denominaciones de montes (orónimos), de aguas terrestres (hidrónimos), de personas (antropónimos), de plantas (fitónimos), de animales (zoónimos) y demás, enriquecen nuestro variado patrimonio lingüístico berciano.
Queda claro que la lengua gallega, tan presente en el territorio occidental, tiene desde luego carácter de propia de El Bierzo porque forma parte esencial del patrimonio idiomático de sus hablantes hace siglos. Sin embargo, también hubo falta de valoración, cuando no desprecio, hacia el gallego por el lado de las instituciones. Así el gallego sólo tuvo consideración de dialecto o habla del pueblo iletrado frente al idioma general o nacional del Estado, el castellano. Manifestación de esta discriminación lingüística fue la falta de reconocimiento legal del gallego hasta la recuperación de la democracia con el Estado de derecho. El gallego, al no tener valor jurídico, careció de uso administrativo por las instituciones públicas.
Los funcionarios locales o estatales aplicaron esta política lingüística uniformizadora en su actuación diaria por obrigación legal. Así por ejemplo, si había que hacer los nomenclátor, es decir, las listas de las diversas poblaciones de El Bierzo (ayuntamientos, villas, pedanías, barrios, lugares...) o de los nombres de las calles, pues se castellanizaban progresivamente con cada nueva revisión ¿razones?. Primera, porque los oficiales públicos desconocían el gallego, y ya se sabe, lo que se ignora no se valora ni reconoce como tal. Segunda, los nombres gallegos carecían de significación para los funcionarios castellano-hablantes, por eso buscaban denominaciones próximas a su lengua (por grafía o fonética). Y tercera, el gallego no existía legalmente, al no ser idioma oficial, por lo tanto carecía de efectos jurídicos en el derecho público.
Este año los bercianos tenemos la oportunidad de recuperar la denominación de nuestros municipios en la lengua propia de El Bierzo occidental. En este sentido hay que tener en cuenta la Ley de Régimen Local de Castilla y León que manda que "la denominación de los municipios habrá de ser en lengua castellana (...)" (artículo 24.1). Luego esta imposición idiomática obliga a adoptar nombres bilingües para los municipios bercianos. De este modo también daremos cumplimiento a lo establecido por la Carta Europea de las Lenguas Regionales ou Minoritarias -ratificada por el Reino de España en 2001- que propone el "empleo o la adopción y, en caso de que proceda, conjuntamente con la denominación en las lenguas oficiales, de las formas tradicionales y correctas de los topónimos en las lenguas regionales o minoritarias" (artículo 10.2.g).
Deseamos que los políticos locales inicien los procedimientos administrativos para incorporar las denomicaciones de los municipios en gallego-berciano ( Peranzais, A Veiga de Espiñareda, Fabeiro, Vilafranca, Cabanas Raras, A Veiga de Valcarce, A Ponte Domingo Flórez, Valboa, Barxas, Camponaraia, Viladecais y Borreis). Esta tramitación legal debe compaginarse con una campaña informativa del Consejo de El Bierzo entre la población afectada, sobre las denominaciones bilingües de los municipios, la cual sin duda facilitará la concienciacion social favorable a esta pequeña modificación idiomática.
Ponferrada, enero de 2007.
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3 Comments:
Cute, very cute... Thanks man!
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este bo carreiro da vindicación galeguista do Bierzo vai para diante. Seguro que conseguiremos ata a oficialidade da nosa lingua. Non perdamos a esperanza.
Interesante informacon sobre "OS NOMES DOS CONCELLOS BERCIANOS" ya que es un excelente tema y lo disfrute mucho gracias por compartirlo con nosotros
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