sábado, abril 17, 2021

LA VISIBILIDAD PROVINCIAL BERCIANA YA

 



VISIBILIDAD PROVINCIAL BERCIANA,

Por Javier Lago Mestre.

      La celebración del 200 aniversario de la provincia de Villafranca de El Bierzo está suponiendo la divulgación de la historia de nuestro provincialismo histórico. Hay un mayor interés investigador por parte de los historiadores por el estudio de las provincias bercianas, tanto la de 1486 que crearon los Reyes Católicos como la del Trienio liberal.

                      Ante este aniversario provincial aumenta progresivamente la demanda social de información. En esta dinámica diversos colectivos han programado distintas actividades reivindicativas. Son los casos de la moción provincia en el ayuntamiento de Ponferrada por parte del partido regionalista de El Bierzo, el debate provincialista en el Parlamento Galego a iniciativa de Coalición por El Bierzo, la defensa de la quinta provincia galega por parte del movimiento ciudadano La Quinta, la marcha ciclista entre Ponferrada y Villafranca por Fala Ceibe do Bierzo, etc.

                      También se han elaborado diversas propuestas provinciales para ejecutar a lo largo del año 2021. Nos referimos a los hermanamientos entre instituciones bercianas y gallegas, concursos escolares, colocación de pancarta provincial en Villafranca, celebración de jornadas divulgativas y exposiciones, marchas provinciales por las villas bercianas y viaje en tren a O Barco de Valdeorras, presencia provincial berciana en el Día da Patria Galega (25 de julio), manifa provincial o Diazo (Día de El Bierzo), publicación de artículos históricos provinciales en los medios de comunicación, etc.Todo lo indicado demuestra el interés de la ciudadanía berciana por celebrar el 200 aniversario provincial. Algo se mueve en la sociedad berciana desde principios del año 2021, y lo lógico es que esta movilización vaya a más a lo largo de los meses.



                      De momento las instituciones se mantienen a la expectativa. El Consejo comarcal de El Bierzo anuncia actos provinciales para julio de 2021. Y el ayuntamiento de Villafranca tendrá un protagonismo especial en las celebraciones. En este sentido, conviene recordar que los debates políticos más importantes tuvieron lugar en los últimos meses de 1821 y que la aprobación oficial de la provincia d Villafranca se produjo en enero de 1822. Pero es importante aprovechar todo el año 2021 para fomentar progresivamente la concienciación social sobre el provincialismo berciano.

                      Sería un grave riesgo que sólo las instituciones públicas fuesen los protagonistas de las celebraciones provinciales. La ciudadanía tiene derecho a opinar al respecto y a movilizarse según sus intereses colectivos. De ahí que en esta ocasión los bercianos hemos tomado la iniciativa provincial. Con escasos medios económicos los colectivos bercianos ya han hecho sus propuestas sociales y animado el debate político provincial. Y es que la ciudadanía puede y debe presionar a los políticos, los partidos y las instituciones para que participen activamente en las celebraciones provinciales.

                      Algunos partidos, instituciones públicas y medios de comunicación van a intentar debilitar el debate provincial. No se puede ocultar que el debate provincialista berciano puede revitalizar el cuestionamiento del centralismo actual y la ordenación territorial de Castilla y León que tanto perjudica a la región berciana. Hay temores institucionales a que la ciudadanía berciana tome conciencia del sometimiento centralista que sufrimos. La historia provincial berciana demuestra que el centralismo viene de lejos y que los bercianos siempre nos hemos rebelado contra esa legalidad abusadora de centros de poder lejanos.



                      La ciudadanía berciana con la celebración del 200 aniversario provincial demuestra una forma de resistencia. No dejaremos que los partidos y las instituciones pasen u oculten esta celebración histórica de la que tan orgullosos nos sentimos como pueblo. Los medios de comunicación tradicionales y los digitales son una ventana para la libertad de expresión. Por lo tanto la ciudadanía debe aprovecharlos.

                      El ciberbercianismo va a jugar un importante papel en la divulgación del 200 aniversario provincial. Colectivos e internautas ya están difundiendo el provincialismo, histórico, reclamativo, político, artístico, etc. Las redes sociales de internet no paran de expandir el provincialismo berciano de manera progresiva (textos, fotos, videos...). De ahí que con el paso de los meses cada vez más bercianos saben de esta celebración provincial, y no tardarán en tomar conciencia de lo que significa en la actualidad. Primero, información, después concienciación individual y colectiva, para seguir con la reclamación y la movilización.

                      Conviene decir que pequeños gestos provinciales pueden tener un fuerte impacto informativo y propagandístico. Es el caso una simple foto con una pancarta provincial berciana o de un video con nuestra bandera Cruceira que se divulgan sin control por internet. El reciente debate provincial berciano en el Parlamento de Galicia ha servido para favorecer el debate político interno y externo. Este sencillo activismo provincial supone importantes campañas promocionales para nuestro Bierzo. Es decir, estamos consiguiendo un gran protagonismo mediático para nuestra región en este difícil año 2021 y que continuará en las décadas posteriores en internet.

O Bierzo, abril de 2021.

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jueves, abril 08, 2021

RELACIOIS TERRITORIAIS ENTRE GALIZA E MAILO BIERZO.

 



RELACIOIS TERRITORIAIS ENTRE GALIZA E O BIERZO.

Por Javier Lago Mestre.

                Para o vindeiro 13 de abril está previsto no Parlamento galego o debate dunha proposición non de lei relacionada co Bierzo. Trátase dunha resolución sobre o recoñecemento do Bierzo como provincia galega. Ademais de instar a que se abra un diálogo institucional, Xunta de Galicia, Junta de Castela e León e Consello comarcal do Bierzo, para facilitar a colaboración económica, lingüística, sanitaria, educativa, etc. Desde O Bierzo agardamos con interese este debate político aínda que sabemos das dificultades para acadar o consenso axeitado.

                Mentres chega ese debate político convén lembrar que O Bierzo leva tempo protagonizando o debate territorial de Galicia. As reformas provinciais do século XIX fixáronse no Bierzo en varias ocasiois. Durante o Trienio liberal (1820-23) a provincia de Vilafranca incluía a Valdeorras. Posteriormente, outras propostas provinciais abrangueron territorios de Galicia para O Bierzo, con  Fermín Caballero (1842), Pascual Madoz (1850), Lucas Mallada (1881) e demais. Foron as demandas rexionalistas as que remataron coa xeira provincialista anterior.

                O chamado Rexurdimento galego xa se fixou na nosa bisbara. Manuel Murguía refírese aos lindeiros de Galicia, nos separan más duramente del resto de la Península las ásperas alturas del Manzanal, y la estepa de la Tierra de Campos es límite más acusado del territorio gallego. Deixa claros os territorios que deben formar parte da ampla rexión galega, en Galicia y comarca del Bierzo, y pudiera añadirse, que en el territorio portugués de Braga y el país de Asturias comprendido entre el Eo y el Nalón (1865). No Bierzo había conciencia colectiva da vinculación galega. Incluso o escritor local, Antonio Fernández y Morales, sentenza que Galicia tira para sí, pero Castilla no la suelta (1861).Por suposto, os viaxeiros tamén recoñecían a presenza do idioma galego. Foi o caso de Hans Friedrich Gadow que se refire a en realidad ya nos habían advertido en Villafranca que no podríamos entender la jerga. Afortunadamente no fue así, ya que muchos términos que desconcertaban a los castellanos los reconocíamos nosotros como portugués apenas alterado (1897).



                Nos debates xurídicos foristas de Galicia, O Bierzo tamén estivo presente xa que compartiamos certas instituciois (foros enfitéuticos, compañas, montes man en común…). Velaí o tratamento desta problemática berciana no xornal El Progreso (xuño de 1909), mentres que Diario de León apostaba polo uniformismo xurídico estatal, se necesita una Ley para toda España, y no leyes especiales para cada región, y un único Código Civil hecho con patriotismo y desisterés (1886).

                No século XX os estudos xeográficos teiman na integración do Bierzo na rexión galega, caso de Dantín Cereceda. Os escritores galegos ben saben da ampla presenza territorial do galego, ¡E grande parte do Bierzo é tamén noso! ¡A Galicia histórica é máis extensa que a Galiza actual! (Xoán Vicente Viqueira, 1917). Nos xornais tamén xorden artigos sobre O Bierzo, ocurre exactamente lo mismo en la comarca del Bierzo, también desgajada de Galicia y en cuyo dialecto, no menos interesante que el anterior (gallego de Asturias) (Eco de Santiago, 1907).

                Durante a II República, as demandas do Estatuto de autonomía favorecen o debate territorial. O partido Galeguista apostaba pola incorporación a Galicia das terras colindantes que teñan comunidade étnica, histórica e lingüística con ela. O político Alfonso Castelao foi más concreto, é doado esperar que o Bierzo e demais comarcas limítrofres de Ourense e Lugo, se incorporen ao seo da súa nación natural, e que o tempo –gran curandeiro dos erros hestóricos- posibilite a reconstrución total da nosa unidade. Finalmente, o Estatuto de autonomía de Galicia republicano incluíu, poderá agregarse a Galicia calquer territorio limítrofe de características históricas, culturais, económicas e xeográficas análogos, mediante os requisitos que as leis xerais establezan (art. 2).



                Coa chegada do Estado das autonomías, o Parlamento galego ten debatido en numerosas ocasiois sobre a proteción da lingua galega no Bierzo. Grazas a este apoio foráneo, sináronse sucesivos protocolos para o ensino do galego. Ademais, o recoñecemento parcial do galego no Estatuto de autonomía de Castela e León (1999) chegou polo apoio do nacionalismo galego nas Cortes xerais. E o mesmo acontecerá co futuro recoñecemento de oficialidade para o galego no Bierzo. Ninguén pode negar o nulo interés que hai polo galego, por parte da Junta de Castela e León, xa que cuestiona a identidade rexional castelá. Só a presión social poderá forzar o recoñecemento de dereitos lingüísticos.

                O intento de reforma do Estatuto de autonomía de Galicia, en 2005, contou coa proposta de incluir un artigo sobre a futura anexión de concellos veciños a Comunidade galega. Por desgraza a reforma estatutaria non conseguiu o consenso político. O Estatuto de autonomía de Castela e León conta cunha disposición transitoria que se refire á  “segregación de enclaves”, por suposto só enclaves que non comarcas nin concellos. Un atranco clarexo para a segregación do Bierzo. Ademais, calquera reforma provincial do Estado esixe o duro procedemento parlamentario da aprobación da correspondente Lei orgánica por maioría absoluta. 



                A problemática territorial do Bierzo tivo sucesivas manifestaciois de descontento. Son numerosos os concellos que demandaron a súa anexión a Galicia. Lembramos os casos de Vilafranca, Oencia, As Médulas, Valboa, Barxas, etc. Recentemente ten sido segregacionista a aldea de Fontedoliva, e tamén xurdíu o colectivo A Quinta que demanda ser a 5ª provincia galega. Todos eles son exemplos do rexeito ás políticas territoriais centralistas da Junta de Castela e León e Deputación leonesa.

                O Bierzo aproveita o 200 aniversario da provincia de Vilafranca para retomar o debate territorial. Esta rexión periférica sufre o centralismo histórico, de León desde 1833 e de Valladolid desde 1978. A reación lóxica é reforzar a autonomía da Comarca do Bierzo (1991) ou reclamar unha nova provincia. Por certo, ben estaría relacionar a nosa problemática territorial con Valdeorras, que perdera hai tempo tanto a súa comarca coma a súa mancomunidade de concellos. Velaí a oportunidade de achegar soluciois a estes dous territorios periféricos, mediante unha nova reordenación territorial ou a prestación de servizos públicos comúns (sanitarios, educativos, estradas, etc). Por todo isto, hai que agardar unha renovada sensibilidade política dos membros do Parlamento galego coa problemática dos ditos dous territorios periféricos.

 

O Bierzo, abril de 2021.



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miércoles, abril 07, 2021

TIEMPOS COMUNEROS EN EL BIERZO. 500 AÑOS DEL LEVANTAMIENTO.



TIEMPOS COMUNEROS EN EL BIERZO.

Por Javier Lago Mestre.

Se celebra el 500 aniversario de la revuelta de los Comuneros de Castilla. Esta conmemoración estimula las investigaciones históricas sobre las repercusiones de este levantamiento contra la política imperial del rey Carlos I. Por supuesto, en territorios periféricos y rurales es más difícil analizar los acontecimientos comuneros, caso de la región de El Bierzo. La escasa documentación conservada nos permite una aproximación histórica.

                A fines del siglo XV los Reyes Católicos sometieron a la nobleza gallega. El año 1486 supone la derrota del conde de Lemos en El Bierzo ante el ejército real. De inmediato la Corona divide el condado de Lemos, y segrega sus territorios bercianos que forman el nuevo marquesado de Villafranca, bajo el control de los condes de Benavente. La Corona compra la villa de Ponferrada que queda bajo la dirección de los sucesivos corregidores reales. Además se reorganiza El Bierzo mediante la creación de la respectiva provincia, como ámbito de aplicación de las políticas (fiscal, militar, judicial, etc).  El conde de Lemos ocupa Ponferrada otra vez en 1507, pero es derrotado por el ejército castellano bajo el mando del conde de Benavente y el duque de Alba, ambos con intereses sobre el marquesado.

                      La alta nobleza gallega sintió la amenaza del levantamiento comunero de Castilla. De ahí la asamblea señorial de Melide (diciembre de 1520), donde están presentes la condesa de Lemos, el marqués de Astorga y el conde de Benavente ente otros (Joseph Pérez, 2001). En esta junta noble se aprobaron varias demandas que se presentaron ante el rey Carlos I. Destacamos que entre ellas la de poner gente armada en el castillo de Ponferrada, “para la buena guarda de este Reyno”, por ser considerada la porta de Galicia. El rey ordena establecer 30 peones y un jefe en Ponferrada (marzo de 1521). La villa del Sil se consideró agraviada, porque “esta villa siempre está y estará en muy leal servicio de sus majestades”. La villa temía tener que pagar esos nuevos gastos militares.



                La rebelión comunera de Castilla tuvo un sesgo antiseñorial. Ponferrada rechazó los intentos del marqués de Villafranca de controlar la villa realenga. El marqués de Villafranca pretendió un privilegio real de tener regidores en el gobierno municipal (diciembre de 1520). La villa reaccionó ante esta donación real por considerarlo un ataque a sus privilegios locales. Por eso protestó, y el rey acabó reconociendo los derechos de Ponferrada en 1522 (V. Fernández Vázquez, 2009). Posteriormente, los marqueses de Villafranca consiguieron comprar la alcaidía del castillo y la gestión del impuesto de las alcabalas de Ponferrada, aprovechando las penurias financieras de la Corona, y ante la oposición de la villa.        

                Los marqueses de Villafranca eran los grandes nobles de El Bierzo y abusaron de su poder señorial.  La ejecución de la justicia real en la región chocó con los intereses señoriales. Los marqueses elaboraron un memorial contra la actuación del Consejo real, y también remitieron carta al presidente de la Audiencia de Galicia para influir en sus pleitos contra los monasterios. Finalmente los marqueses  recurrieron a pedir ayuda directa al propio rey Carlos I (mayo de 1522). La Corona actuó de árbitro en las disputas entre los sectores aliados. Así aconteció cuando el marqués de Astorga estableció ferias en Astorga que entraron en competencia comercial con las de Villafranca, Cacabelos y Benavente, intervenidas por sus señores respectivos (1520) (Archivo General Simancas).

                Los comuneros mostraron su malestar por los abusos de los corregidores reales. Ponferrada tenía corregidores, desde 1486, que controlaban el regimiento y el concejo general de vecinos. Unos corregidores gozaron del apoyo ponferradino y otros no. Esta villa  denunció que no se había hecho el preceptivo juicio de residencia (control administrativo) a su corregidor (febrero de 1520). En la concesión del corregimiento al ldo. Ruy Díaz Cerón, la villa le denunció por dejar delitos sin castigo y  mala gestión de las cuentas de las penas de cámara (1522) (AGS).    

La política imperial de la Corona de Castilla supuso un aumento considerable de la fiscalidad real. Tengamos en cuenta que los bercianos también tenían que pagar otros impuestos, caso de los señoriales, eclesiales (diezmos) y concejiles. El Bierzo mostró su rechazo a los nuevos servicios que se fijaban por las Cortes de Castilla. Esto aconteció con los servicios reales de los años 1520 y 1521. “Y porque a cabsa de se pedir el dicho servicio la dicha tierra está algo escandalizada y se teme que si la cobranza va adelante se lebantara (…) que no cobre el dicho servicio porque desta manera la dicha tierra estará pacífica y sin alteración” (AGS). La propia marquesa de Villafranca pide que no se cobren los servicios demandados por el regidor de León “porque desta manera la dicha tierra estará pacífica y sin alteración”. La villa de Ponferrada alega que “siempre estuvieron con toda la comarca e provincia en la pacificación y leal obediencia e servicio  que a su majestad debemos” (julio de 1521).  Textos que se refieren claramente a resistencias antifiscales en la provincia berciana.



El ambiente antiseñorial comunero tuvo sus antecedentes en El Bierzo. Esto aconteció con las resistencias de los renteros a los pagos en el monasterio de S. Andrés de Espinareda (1519). El Consejo Real ordenó al corregidor de Ponferrada “para que asistiesen a los monjes en la administración de su patrimonio” (J. García Oro, 2008). Otro tanto aconteció con las protestas campesinas en el monasterio de Carracedo. Sus renteros recurrieron ante los tribunales contra el pago de los cuartos y quintos por roturación de montes (años 1523 y 1524) y presionaron con la rebelión generalizada en 1512 (J.A. Balboa de Paz, 1991). La parcial justicia real defendió el secular régimen señorial que favorecía a sus aliados políticos, a saber, la nobleza laica y eclesiástica (monasterios, obispos y párrocos).  

La conflictividad social generalizada se percibe también en la provisión real a las justicias de Galicia y Ponferrada para que prendan a delincuentes del marquesado de Villafranca y lugares de Carracedo (1519). La entrada de dicho corregidor en términos del monasterio de s. Pedro de Montes, en persecución de delincuentes, provoca el rechazo del arcediano del Bierzo (1521). Finalmente, la derrota comunera tuvo consecuencias en El Bierzo, “algunos hombres se han puesto y andan a robar por esto puertos y montes, e los caminantes y personan que pasan”. Por eso se demanda la intervención del corregidor de Ponferrada, “y dello han venido noticia e información al dicho corregidor, y por si fueren de su jurisdicción para poderlos castigar e tener seguros”. Incluso se pretende ampliar la jurisdicción del corregidor, “piden provisión para que pueda seguirlos en cualquier jurisdicción”, incluidos los vecinos territorios señoriales (J. García Oro, 2008 y AGS).



                La revuelta comunera tuvo un protagonismo urbano. Sin embargo, en El Bierzo las villas eran pequeñas, con escasa burguesía y artesanos, y estaban controladas por los poderes señoriales. Conviene ver la reacción de las dos principales villas ante la rebelión castellana. Ponferrada estaba controlada por el corregidor real, y  ya en septiembre de 1520, el regimiento prometió obediencia real. Ponferrada manifestó sus inquietudes al propio Carlos I. Así se “suplica a Vuestra Majestad que pues las disensiones son tantas en estos reinos, todas se remediarán con la venyda de VM al venga a ellos lo más presto que se pudiere, los quales son de calidad que viniendo estarán tan llanos como quando vyno a ellos y podrán seguir con los que los han levantado y alboratado” (AGS).  El apoyo de Ponferrada a la Corona propició ventajas, casos de la concesión de regidores perpetuos, ferias y mercados, de dos jueces, acuñación de tarjas, etc (V. Fernández Vázquez, 2009). Por su parte, Villafranca, durante la visita real a Galicia (1520), se manifestó a favor del pronto regreso de Carlos I y la celebración de Cortes en Castilla (José María Luengo y Martínez). Estos dos poderes locales bercianos, muy mediatizados por los respectivos oficiales mayores, real y señorial, proponen la resolución del conflicto con la presencia del rey en Castilla (1520).

                En la derrota comunera participaron los grandes señores. No fue el caso del viejo conde de Lemos que murió en 1521. El conde de Luna, con posesiones en el norte de El Bierzo, ante la presión comunera, huyó de León a Medina de Rioseco (Eloy Díaz-Jiménez Molleda). El obispo de Astorga, en un documento de 1521, indica al rey que estaba preparando “fuerzas para servirle” cuando se enteró de la victoria realista (AGS). Otros nobles intervinieron directamente en las operaciones militares anticomuneras. Fueron los casos de los condes de Benavente y Alba de Aliste (señor de Bembibre), los marqueses de Astorga y los vizcondes de Valduerna (emparentados con los marqueses  de Villafranca). Tras la victoria de Villalar la nobleza realista demandó de inmediato nuevas mercedes a Carlos I (mayo de 1521). Por lo que se refiere a los marqueses de Villafranca, no participaron en la guerra de las Comunidades, ya que acompañaban al rey Carlos I a la coronación imperial en Aquisgran (1520). Posteriormente, las buenas relaciones de don Pedro de Toledo con la Corona le facilitaron el nombramiento como virrey de Nápoles (1532) (C.J. Hernando Sánchez, 1994).

 

O Bierzo, abril de 2021.



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martes, abril 06, 2021

O FALADOIRO BERCIANO POR XABIER LAGO MESTRE.



O FALADOIRO BERCIANO, 
POR XABIER LAGO MESTRE. 










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