viernes, abril 29, 2022

EL BIERZO TRAS LA PÉRDIDA DE SU PROVINCIA HISTÓRICA.


 

 


EL BIERZO TRAS LA PÉRDIDA PROVINCIAL,

Por Javier Lago Mestre, autor libro El Bierzo Provincial.

El Real Decreto de 30 de noviembre de 1833, elaborado por el ministro Javier de Burgos, significó la inclusión de El Bierzo en la nueva provincia de León. Aún así, los bercianos no se resignaron a la pérdida de su provincia histórica. Seguidamente recopilamos las sucesivas reivindicaciones bercianas a favor de la recuperación de la provincia de El Bierzo.

            La villa de Ponferrada realiza el acto de proclamación de la nueva reina Isabel II (noviembre 1833). Este acto tradicional consiste en tremolar el estandarte por su alférez, al grito de Ponferrada, Ponferrada y su provincia de El Bierzo. Acontecimiento público que se volverá a producir en 1843 y que refuerza la memoria del provincialismo histórico.        

            En 1837 se debate la supresión de los pequeños obispados, Astorga y Mondoñedo entre otros. Ante la amenaza de supresión de las colegiatas, el ayuntamiento de Villafranca recordaba también la necesidad de restablecer la provincia de Villafranca de 1822. Posteriormente, durante el Trienio esparterista (1840-1842) se recupera la reforma provincial de España. En el Senado se debate sobre la necesidad que había de que aquella parte de Galicia, Asturias y León (El Bierzo) se encontrase con alguna más comodidad para que aquellos habitantes acudiesen a su autoridad, referencia a una institución provincial (1841). Villafranca aprovecha para reclamar la capitalidad provincial o la oficina de la Subdelegación de rentas.



            Seguidamente, en 1843, Ponferrada elabora un informe para el Gobierno en el que se pide la capitalidad de la nueva provincia, y propone llamarla provincia del Sil. Se trata con ello de que no se resienta el valle de Valdeorras de que se denomine Bierzo la unión de las dos, dándoles un nombre común a ambas. Villafranca también se moviliza, buscando el apoyo de O Barco, y califica de mezquinos de Ponferrada los intentos políticos foráneos.

            El político Fermín Caballero propone su reforma provincial para España. Defiende la provincia berciana, le competía más administración provincial, independiente y separada de las de Oviedo, Lugo, Orense y León (1845). Provincia berciana que estaría formada por Laciana, El Bierzo y Valdeorras. La villa de Ponferrada buscó incluso el apoyo de Villablino.

            Otra propuesta provincial fue la del ministro Pascual Madoz (1850) que pretende para la de El Bierzo un amplio territorio, comprendido por Laciana, El Bierzo, Valdeorras, A Veiga, O Bolo y pueblos zamoranos occidentales.



            Ante la presión del regionalismo periférico, el Gobierno central hizo varias propuestas de división regional administrativa.  Patricio de Escosura crea 11 gobienros civiles generales, en el de Castilla la Vieja aparecen subdelegaciones civiles para Astorga y Ponferrada ((1847). Por su parte, Luis J. Sartorius establece 50 jefes políticos, siendo el jefe político de Astorga el que gobierna El Bierzo (1847).

            Por Decreto de 1853 se suprimen diversas administraciones y depositarías, pero se mantienen algunas, entre ellas la de Ponferrada, por ahora, atendidas las circunstancias excepcionales de los mismos. El centralismo provincial progresa con el avance del siglo XIX. El partido administrativo de Ponferrada comprendía los municipios bercianos, además de Páramo y de La Cabrera baja. Anteriormente había perdido Villablino, Palacios, Lucillo y Valdeorras.

            Durante el Bienio progresista (1854-56) el Gobierno central amenaza con la supresión del partido administrativo de Ponferrada, todo El Bierzo se movilizó por su mantenimiento (1855). Por supuesto, Villafranca elaboró una petición de restablecer la capitalidad del partido administrativo en su villa. Y Ponferrada vuelve a demandar la creación de la provincia berciana. Según el historiador Vicente Fernández, las capitales se opusieron a las demandas provinciales, la presión de las élites locales de las capitales históricas logrará paralizar las reformas. En el Congreso de Madrid se debate sobre el centralismo leonés, pierden tiempo e intereses cuando tienen que gestionar en la capital de la provincia (León), lo que con tanta facilidad han hecho a la cabeza de partido (Ponferrada) (1856).



            Los debates provinciales en El Bierzo llegan al extremo de negar la provincia histórica de El Bierzo y su capitalidad en Ponferrada, por parte del político villafranquino, Isidro Andrés Ovalle (1860). Sin embargo, éste defiende su provincia de Villafranca del Bierzo de 1822 en el periódico El Esla. Está claro que había un desconocimiento de la historia de la provincia berciana de la llamada Edad Moderna.

            La provincia de León estaba dividida en dos partidos fiscales. La falta de coordinación entre la tesorería de León y la depositaría de Ponferrada, en la remesa de caudales públicos, facilitó la fuga del contador de León (1867). Un proceso judicial de desfalco que se extendió hasta 1884. Por su parte, el geógrafo Lucas Mallada propuso la creación de la amplia provincia de Ponferrada, formada por territorios de Laciana, Maragatería, Sanabria y comarcas del este orensano (1881).

            La división de El Bierzo en partidos judiciales, electorales, etc, durante el siglo XIX, sirvió para debilitar la conciencia territorial y política colectiva. Además, en la segunda mitad de la centuria las corrientes regionalistas y nacionalistas superaron el debate provincialista anterior que quedó desfasado. Las provincias liberales de 1833 han sostenido fielmente a los intereses de las sucesivas élites políticas (caciquismo). De ahí que hayan servido para apuntalar claramente una ordenación territorial anticuada del Estado y las comunidades autónomas que sigue siendo cuestionada en el siglo actual con más razón que nunca.

O Bierzo, abril de 2022.


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martes, abril 26, 2022

SOBRE EL REFRANERO GEOGRÁFICO DE EL BIERZO.

 



SOBRE EL REFRANERO GEOGRÁFICO DE EL BIERZO.

Por Javier Lago Mestre, autor del libro El Bierzo Provincial.

La región berciana está formada por numerosas localidades (ciudad, villas, aldeas, lugares, barrios, etc). Este variado poblamiento se ha fundamentado en el peculiar régimen señorial que se asentó en los siglos medievales y modernos. Como es lógico, estas localidades compitieron entre sí por la propiedad de sus bienes concejiles (tierras, bosques, pastos, fuentes…), la preferencia en actos festivos (romerías, rogativas…), poder económico, prestigio institucional, etc. Seguidamente compilaremos diversas manifestaciones orales de las competencias interlocales.

                 La economía de subsistencia daba origen a disputas entre vecinos por las migajas de la miseria generalizada. “Si vas a Toreno, guarda la alforja y el perro. Si vas a Librán, guarda la alforja y el pan”. Más fuerte era el caso de “San Pedro de Trones, corentea vecinos, cinquenta ladróns”.

                 Durante siglos imperó la ideología religiosa de carácter católico. El refranero recoge el maniqueísmo propio del cristianismo. “Gente de Los Barrios, gente de los diablos matan a los bueyes y aran con cristianos”. Los propietarios vinateros eran mal vistos por los jornaleros ante los abusos que sufrían durante los períodos de poda, cava y recolección.

                 El Bierzo es una región periférica, aislada por altas sierras, y formada por numerosos valles separados por cordales. “Seamos de Primou, onde o sol nunca entrou, e unha vez que entrou nos pasmou”. Aislamiento que es visto por los de fuera como un condicionante negativo del carácter colectivo. Es el caso de La Cabrera, “Saceda, Noceda, Castrillo y Marrubio, cuatro lugares que Cristo no anduvo”.



RIVALIDADES CON LAS VILLAS.

                 Es fácil imaginar la competencia que surgía entre los pueblos y las villas. Había recelos mutuos en los temas comercial, judicial, fiscal, etc. Las villas ejercían la jerarquía administrativa sobre sus aldeas dependientes. ”Aunque somos de Noceda y gastamos canilleiros, cuando vamos a Bembibre bien que nos miran para ellos”. Noceda dependió del monasterio de S. Isidoro de León y pasó a realengo, tuvo numerosos pleitos con su centro comarcal, Bembibre. De los abusos de la villa señorial nace la expresión, “De los de Bembibre que Dios nos libre, y los de San Román por ahí se van”.

                 Otro tanto acontece con las disputas dialécticas entre Villafranca y los pueblos de su contorna. “Vilafranca a xente franca, Columbrianos os marranos, Fontesnovas os raneiros, A Válgoma pellexeiros, Cortigueira matiegos, os de Coto cutarales, os de Cabanas cocheiros”. La capital del Burbia centralizó la vida comercial, administrativa, etc del amplio marquesado, hasta los confines de La Cabrera y Valdeorras, durante el llamado Antiguo Régimen.

                 Y no podemos olvidar el caso de Ponferrada. Durante siglos la capital de la provincia disputó con las 13 aldeas de su alfoz, además de con las localidades vecinas por cuestión de lindes, y ejerció el centralismo realengo sobre todo El Bierzo. De esos conflictos surgió por ejemplo, “Ponferrada se quema, Molina llora porque no se ha quemado la villa toda”.



            Las históricas competencias entre Villafranca y Ponferrada se basaban en ser capitales del marquesado señorial y de la provincia realenga, respectivamente, “Villafranca marquesal, Ponferrada real”. Además, sus élites políticas fomentaron la lucha por la capitalidad provincial en el siglo XIX. El pasado histórico de ambas villas fundamentó sus privilegios. Caso de los fueros de Villafranca (en 1192 por Alfonso IX) y la provincia de El Bierzo o de Ponferrada por los Reyes Católicos (1486). De ahí la referencia satírica a sus escudos municipales, “Villafranca de león capado, Ponferrada coronado”. A nivel popular era frecuente diferenciar entre los señoritos (de señoriales), a los de Villafranca, mientras los de Ponferrada eran calificados de realistas.

De las refriegas dialécticas entre El Bierzo y León encontramos otra serie de ejemplos. En el propio refranero leonés localizamos, “Si Coyanza castellana, y El Bierzo gallego son, y la montaña asturiana ¿Qué le dejas a León?”. Clara muestra ésta de que, desde León, reconocen la galleguidad de El Bierzo. Por otra parte, la geografía montañosa berciana provoca la diferenciación, “de León, al otro lado”, de los puertos de Foncebadón y Manzanal. Más expresivo de los piques resulta, “amigo de León, tuyo sea, que mio non”. Las diferencias lingüísticas surgen en “O Bierzo galegón, leonés falón”, en referencia al idioma gallego y las falas leonesas. Las simbologías respectivas ya han estimulado el imaginario popular, “O Bierzo e León, cadaquén, cadansúa bandeira”. La competencia entre las dos banderas es clara en “León con su pendón, El Bierzo cruceiro”. Todo el sentir colectivo queda resumido en “El Bierzo y León, diferentes son”.

O Bierzo, abril de 2022.


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lunes, abril 25, 2022

CONSEJOS PARA JUVENTUDES POR EL BIERZO.

 



CONSEJOS PARA JUVENTUDES POR EL BIERZO,

Por el colectivo Fala Ceibe do Bierzo.

En el 43 aniversario de la legalización del partido de El Bierzo se anuncia la creación de las Juventudes por el Bierzo. Desde el colectivo Fala Ceibe queremos apoyar a esta nueva organización y para ello les hacemos unas propuestas de futuro.

1.      Que Coalición por El Bierzo sepa conceder la debida autonomía política, de organización y acción, a la las Juventudes por El Bierzo.

2.      Juventudes por El Bierzo precisa de medios de comunicación propios, caso de página web, blog y redes sociales para alcanzar su difusión y contacto con la ciudadanía.



3.      Juventudes por el Bierzo debe comprometerse con la política regional pero sin olvidar otras temáticas con mayor aceptación juvenil, casos del deporte, cultura, turismo, redes sociales, música, etc.

4.      La nueva organización juvenil no puede aislarse. En este sentido conviene mantener contactos con otras organizaciones, ejemplo de Galiza Nova, con ésta puede cooperar en sus escuelas anuales de formación de militantes. Otros relaciones se pueden establecer con colectivos culturales, deportivos, etc.

5.      Juventudes por El Bierzo debería convocar concursos para favorecer la participación. Por ejemplo, un concurso fotográfico con temática sobre la bandera Cruceira o paisajes bercianos. Fala Ceibe se compromete a dar pegatinas con bandera, películas, cedés musicales, materiales deportivos y artesanía como premios.

6.      JXBZO puede organizar actos públicos de debate, casos de la descentralización, historia institucional, presentación de libros, etc. Incluso se pueden celebrar debates en el bar Coherencia del casco viejo de Ponferrada, a los cuales se invitaría a otros colectivos.

p    Procurar la iniciativa en las movilizaciones sociales, culturales, deportivas, etc.

7.      JXBZO puede organizar excursiones turísticas por la región, por ejemplo en bicicleta (Vilafranca, Praia de Toural dos Vaos, As Médulas, pantano de Bárcena, etc.


O Bierzo, abril de 2022.

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lunes, abril 11, 2022

EL BIERZO Y LAS COMUNIDADES DE CASTILLA, 1521.



EL BIERZO Y LAS COMUNIDADES,

Por Javier Lago Mestre, autor del libro

El Bierzo Provincial.

En 2021 se celebró el quinientos aniversario de la revuelta de las Comunidades de Castilla. Pero las restricciones derivadas de la pandemia impidieron la divulgación popular de los correspondientes actos conmemorativos. Aún así no podemos olvidar que la ciudad de León puso obstáculos, tanto a las conferencias históricas como a la ópera los Comuneros. Todo lo contrario aconteció en Ponferrada, donde pudimos disfrutar de dicha ópera (septiembre de 2021).  Con estas restricciones los políticos leonesistas demostraron sus actitudes antidemocráticas. Además, criticamos la pasividad de la historiografía leonesa ante este negacionismo y manipulación política.

            Por lo que se refiere a El Bierzo histórico, podemos decir que hay poca documentación sobre las repercusiones de la  revuelta comunera. Aún así, no se puede negar el sentido reivindicativo de los bercianos de principios del siglo XVI. La provincia berciana estaba formada por importantes señoríos, laicos (marquesado de Villafranca y Alba de Aliste en Bembibre), monásticos (Carracedo, S. Pedro de Montes y Espinareda) y obispados (Astorga, Santiago, Lugo…). Por supuesto estos poderes señoriales ejercían un férreo control territorial, económico, jurídico e ideológico sobre sus vasallos y feligreses. Poderes dirigentes que se oponían a las reformas institucionales y antiseñoriales de los comuneros.



            La mayoría social dependiente comprendía el campesinado con tierras y los jornaleros (viñas, siegas…), estando sometidos por un régimen jurídico favorable a los privilegiados (foros, acuerdos de obra de corta duración, etc). La burguesía urbana era escasa, donde predominaban los artesanos que formaban los gremios. Destacamos la existencia de concejos como organizaciones de resistencia rural.

            Sabemos que los deseos de los marqueses de Villafranca por controlar el ayuntamiento de Ponferrada. Ante las protestas locales, el propio rey Carlos I reconoció los derechos ciudadanos a su autonomía institucional (1522). La actitud territorial expansiva de dichos marqueses hacia los monasterios supuso resoluciones judiciales contrarias del Consejo real y de la Audiencia de Galicia. De ahí que los marqueses recurrieran ante el propio Carlos I, para que favoreciese sus intereses particulares (1522). Pero las ambiciones de los marqueses se vieron colmadas con la gestión posterior de las alcabalas de Ponferrada y con la compra de la alcaidía del castillo.

                 Los temores de la alta nobleza gallega a la rebelión comunera se constata en los acuerdos de Melide (1520), donde estuvieron presentes la condesa de Lemos, el marqués de Astorga y el conde de Benavente ente otros. Ellos propusieron la defensa del castillo de Ponferrada al propio rey Carlos I, y este aceptó su refuerzo militar (marzo de 1521) por ser la porta de Galicia. Pero Ponferrada protestó expresamente, porque esta villa siempre está y estará en muy leal servicio de sus majestades. Nuestra villa temía tener que pagar esos nuevos gastos militares.



            La Corona, tras la compra de Ponferrada (1486), había puesto diversos corregidores para el gobierno de sus intereses reales en la nueva provincia berciana. Los comuneros mostraron su protesta por los abusos de los corregidores reales. Ponferrada tenía corregidores que controlaban el regimiento y el concejo general de vecinos. Esta villa denunció que no se había hecho el preceptivo juicio de residencia (control administrativo) a su corregidor (febrero de 1520). En la concesión del corregimiento a Ruy Díaz Cerón, la villa le denunció por dejar delitos sin castigo y  mala gestión de las cuentas de las penas de cámara (1522).

             La política imperial de la Corona de Castilla supuso un aumento considerable de la fiscalidad real. Tengamos en cuenta que los bercianos también tenían que pagar otros impuestos, caso de los señoriales, eclesiales (diezmos) y concejiles. El Bierzo mostró su rechazo a los nuevos servicios que se fijaban por las Cortes de Castilla. Esto aconteció con los servicios reales de los años 1520 y 1521. Y porque a cabsa de se pedir el dicho servicio la dicha tierra está algo escandalizada y se teme que si la cobranza va adelante se lebantara (…) que no cobre el dicho servicio porque desta manera la dicha tierra estará pacífica y sin alteración. La propia marquesa de Villafranca pide que no se cobren los servicios, demandados por un regidor de León, porque desta manera la dicha tierra estará pacífica y sin alteración. La villa de Ponferrada alega que siempre estuvieron con toda la comarca e provincia en la pacificación y leal obediencia e servicio  que a su majestad debemos (julio de 1521).  Textos que se refieren claramente a resistencias antifiscales en la provincia berciana.

El programa comunero también fue antiseñorial contra los abusos de la alta nobleza. En El Bierzo sabemos de las resistencias de los renteros a los pagos en el monasterio de S. Andrés de Espinareda (1519). De ahí que el Consejo real ordenase al corregidor de Ponferrada para que asistiesen a los monjes en la administración de su patrimonio. Otro tanto aconteció con las protestas campesinas en el monasterio de Carracedo. Sus renteros recurrieron ante los tribunales contra el pago de los cuartos y quintos por roturación de montes (años 1523 y 1524), incluso presionaron con la rebelión generalizada en 1512. La parcialidad de la justicia real defendió el secular régimen señorial que favorecía a sus aliados políticos, a saber, la nobleza laica y eclesiásticos (monasterios, obispos y párrocos).  



 La conflictividad social generalizada se percibe también en la provisión real a las justicias de Galicia y Ponferrada para que prendan a delincuentes del marquesado de Villafranca y lugares de Carracedo (1519). La entrada de dicho corregidor en términos del monasterio de s. Pedro de Montes, en persecución de delincuentes, provoca el rechazo del arcediano del Bierzo (1521). Finalmente, la derrota comunera tuvo consecuencias en El Bierzo, algunos hombres se han puesto y andan a robar por esto puertos y montes, e los caminantes y personan que pasan. Por eso se demanda la intervención del corregidor de Ponferrada, y dello han venido noticia e información al dicho corregidor, y por si fueren de su jurisdicción para poderlos castigar e tener seguros. Incluso se pretende ampliar la jurisdicción del corregidor, piden provisión para que pueda seguirlos en cualquier jurisdicción, incluidos los vecinos territorios señoriales.

            La revuelta comunera tuvo un protagonismo urbano gracias a la burguesía castellana. Sin embargo, en El Bierzo las villas eran pequeñas, con escasa burguesía y artesanos, y estaban controladas por los poderes señoriales. Conocemos la reacción de las dos principales villas ante la rebelión castellana. Ponferrada estaba mediatizada  por el corregidor real, y ya en septiembre de 1520 el regimiento prometió obediencia real. Ponferrada manifestó sus inquietudes al propio Carlos I. Así se suplica a Vuestra Majestad que pues las disensiones son tantas en estos reinos, todas se remediarán con la venyda de VM venga a ellos lo más presto que se pudiere, los quales son de calidad que viniendo estarán tan llanos como quando vyno a ellos y podrán seguir con los que los han levantado y alboratado. El apoyo de Ponferrada a la Corona propició ventajas posteriores, casos de la concesión de regidores perpetuos, ferias y mercados, de dos jueces, acuñación de tarjas, etc. Por su parte, Villafranca, durante la visita real a Galicia (1520), se manifestó a favor del pronto regreso de Carlos I y la celebración de Cortes en Castilla. Estos dos poderes locales bercianos, muy intervenidos por los respectivos oficiales mayores, real y señorial, proponen la resolución del conflicto comunero con la pronta presencia del rey en Castilla (1520).

En la provincia berciana no conocemos resistencias militares comuneras. Sin embargo conviene recordar que aquí tuvieron lugar conflictos armados con los irmandiños medievales, derrotados por los poderes señoriales. Luego acontecieron las dos revueltas del conde de Lemos (1486 y 1507), y la posterior represión de los marqueses de Villafranca contra los partidarios del conde de Lemos. A ello hay que añadir las protestas antiseñoriales que tuvieron lugar en los monasterios bercianos. De seguro hubo cierto cansancio social ante tanta conflictividad. Además, las relaciones entre El Bierzo y Castilla y León no fueron fluidas por el aislamiento geográfico. Todo ello pudo contribuir a la pasividad bélica berciana.

O Bierzo, abril de 2022.


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